El cineasta italiano Edoardo de Angelis ha inaugurado la 12 edición de la Muestra de Cine Italiano de Barcelona (MCIB) con 'Comandante', la historia real de un capitán que en la Segunda Guerra Mundial «tuvo la valentía de desobedecer y recordar las leyes eternas no escritas de la humanidad».
Así lo ha explicado en una entrevista con Europa Press en Barcelona, donde el viernes abrió el certamen, que se celebrará hasta el 20 de diciembre en los cines Verdi con un programa diseñado por el crítico cinematográfico Giorgio Gosetti.
'Comandante', que inauguró la sección oficial de la Bienal de Venecia, explica la historia de Salvatore Todaro, el capitán de submarino italiano, al que da vida el actor Pierfrancesco Favino, que decidirá rescatar a veintiséis náufragos del bando enemigo, condenados a ahogarse en medio del océano, y llevarlos al puerto seguro más cercano, arriesgando su propia vida y la de sus hombres.
«No le importa el poder interno del nazismo y decide que lo que necesita es cumplir una ley mucho más importante, la de cuidar a otro ser humano», ha destacado el cineasta italiano, que ha considerado que estas leyes se están infringiendo actualmente de modo sistemático.
«Todo lo que se ha establecido que no debería pasar más está pasando. Los líderes mundiales actuales no vivieron el holocausto y juegan a la guerra como si fuera un videojuego», ha lamentado de Angelis, también director de otras películas como 'Individibles' y 'El vicio de la esperanza'.
"políticas miopes de abandono" del gobierno italiano
Para él, 'Comandante' lanza un mensaje al Gobierno italiano, «que actualmente se mantiene sordo ante estos gritos de dolor de quien fallece en el mar, incluso hoy en día, por los puertos cerrados y por las políticas miopes de abandono y de cierre».
Ha asegurado que el líder de la Liga y ministro italiano Matteo Salvini ha visto la película y le ha dicho que está de acuerdo con el mensaje, algo que el cineasta atribuye a «un fenómeno de disociación» por parte del político, recordando que, de hecho, el proyecto de la película nació en 2018, cuando Salvini, siendo ministro de Interior, cerró los puertos italianos a barcos de rescate de personas.
«No pertenecemos a las naciones, las naciones nos acogen. Nosotros pertenecemos a una única gran especie, que es la del ser humano», ha reivindicado, y ha añadido que para hacer cine no se inspira en otras películas o formas de arte, sino en la vida y sus paradojas, ha dicho.
Ha confesado que intenta plasmar todo aquello que ama y teme de la vida en sus películas, que siempre «acaban teniendo un tinte melodramático», algo que atribuye a ser napolitano y a no resistirse nunca, ha asegurado, a la tentación del énfasis.
"el cine sigue manteniendo su independencia" en italia
Preguntado por si ve amenazada la cultura en Italia, ha señalado que en los últimos años ha visto una ocupación sistemática de la televisión publica y una fuga de cerebros, ha dicho, hacia redes privadas, pero ha remarcado que «el cine sigue manteniendo su independencia».
Preguntado por la acogida del público, ha destacado la reacción de los niños al verla: «Me gusta mirarlos y ver en ellos un deseo de limpieza moral, un deseo de estar en un mundo que sea más justo y, mientras lo desean, ellos al final lo están creando».
Y aunque ha evitado avanzar cuál será su próximo proyecto, ha explicado que últimamente le interesa el arquetipo de la Cenicienta, sobre la que se plantea «si necesita realmente al príncipe azul».