La demanda ante el Tribunal Supremo que ha presentado el Canal de Isabel II contra el nuevo Plan Hidrológico del Tajo (PHT), aprobado mediante Real Decreto el pasado mes de enero, se basa en que con la obligación de pedir autorizaciones para realizar determinados trasvases entre embalses «se pone en riesgo el abastecimiento de agua de cerca de 7 millones de habitantes en la región, al cambiar radicalmente las reglas con las que se ha configurado el mayor sistema de abastecimiento de España».
Así lo han indicado esta mañana en un encuentro con periodistas el consejero de Medio Ambiente y presidente del Canal, Carlos Novillo; el consejero delegado del Canal, Mariano González; la secretaria de la empresa pública, y otros técnicos.
Novillo ha criticado que este Plan es un nuevo «agravio» del Gobierno de la Nación a Madrid y que, «además de tener importantes repercusiones económicas, penalizan un modelo eficiente y responsable, que »optimiza las infraestructuras para prestar a los madrileños un servicio de calidad y cuidadoso con el medio ambiente".
En concreto, Canal pide a la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo del Supremo (sección 5ª) la nulidad de varios apartados del texto relacionados los caudales ecológicos, la realización de movilizaciones de agua entre embalses de diferentes sistemas de explotación de la Demarcación, así como con lo relativo a vertidos de aguas residuales depuradas.
Este paso lo dan después de que el Ministerio de Transición Ecológica, responsable de la tramitación del plan, haya rechazado la inmensa mayoría de las alegaciones presentadas por Canal. Y aseguran que la demanda se ha realizado «en tiempo y forma», aunque ha tardado porque esperaban que el nuevo Gobierno atendiera a sus explicaciones «y, al seguir la misma ministra, no ha sido así», ha indicado el consejero.
Problemas con el sistema alberche y las autorizaciones
Según datos del propio Plan Hidrológico del Tajo, en la Comunidad se concentra alrededor del 83% de la población de la Demarcación del Tajo. Los ríos madrileños tienen una fuerte irregularidad, tanto temporal como territorial: no llueve lo mismo en todas las épocas del año, ni todos los años, ni en todos los embalses.
Por ello, han explicado que para garantizar la disponibilidad de agua siempre (para más de 6,5 millones de personas en 8.000 kilómetros cuadrados) en los 13 embalses de Canal, se unen captaciones y trasvases desde las cuencas del Alberche, Sorbe y Tajo. «Canal necesita de todas las concesiones y posibilidades para poder garantizar el suministro de la región, sin que esto signifique que se vaya a usar todas ellas a la vez», indican.
El principal problema es conocido como sistema Alberche: a través de un trasvase con el mismo, la empresa pública puede aportar a su sistema hasta 220 hectómetros cúbicos anuales de agua, lo que supone casi un 34,34% de la demanda anual en la región. La concesión del Alberche está firmada hasta 2061.
Sin embargo, el nuevo Plan Hidrológico del Tajo establece una autorización previa para realizar este trasvase sometida a unos requisitos y condiciones «que la propia norma no aclara».
«Es decir, dependerá de criterios arbitrarios si Madrid puede o no recibir un volumen de agua equivalente al consumo anual de casi 3 millones de madrileños. Según la nueva norma, estos trasvases se autorizarían o denegarían mes a mes, impidiendo una planificación del abastecimiento a corto, medio y largo plazo que resulta imprescindible para un sistema tan complejo como el madrileño», han explicado a los periodistas esta mañana los técnicos del Canal.
Caudales ecológicos adecuados al régimen de los ríos
Otro punto controvertido del plan, ha explicado Novillo, es la indefinición de los caudales ecológicos, que a su juicio «deberían establecerse acordes al régimen de los ríos y la situación hidrológica, garantizando, además, el abastecimiento a la población de Madrid y la conservación de la fauna y flora de los embalses».
«Los planes hidrológicos marcan unos caudales mínimos que han de desaguarse permanentemente para conservar los ecosistemas en los cauces, manteniendo así la flora y fauna que depende del río para sobrevivir. En España en general, y en la Comunidad de Madrid, en particular, muchos ríos tienen un carácter estacional: en verano el agua prácticamente deja de circular por ellos hasta la llegada de las lluvias otoñales», apunta.
El PHT exige ahora unos desembalses obligatorios permanentes de caudales ecológicos, modulados por trimestres, que según la normativa solamente pueden reducirse si se demuestra que no hay alternativa razonable de suministro, concepto que para el Canal es «totalmente indeterminado y complicado de demostrar en el escenario de indefinición que dibuja el propio plan sobre concesiones como la del Alberche».
«Además, ante escenarios de sequías, el Plan tampoco deja claro cómo se debe aplicar la supremacía del abastecimiento establecida en la norma. Así pues, establecer caudales no adaptados a la situación hidrológica puede derivar, en casos de embalses pequeños, en afectación a la flora y fauna del propio embalse y calidad de agua deficiente, con la falta de la misma que esto puede conllevar», explican los técnicos.
Depuración: "cambio drástico que pone en peligro inversiones"
El tercer punto que denuncia Canal tiene que ver con el cambio en los objetivos ambientales de las masas de agua, ya que el Plan «ignora las características singulares de Madrid en cuanto a la calidad del agua de sus ríos, y cambia las reglas del juego establecidas en el plan anterior, aprobado en 2016».
Canal gestiona 155 depuradoras en la región (8 de ellas titularidad del Ayuntamiento de Madrid). Estas infraestructuras, responsables de limpiar el agua residual para verterla a los ríos en condiciones adecuadas, son instalaciones «muy complejas» que con el tiempo se han ido adaptando a los objetivos medioambientales de calidad de vertido que marca la normativa, indican.
De acuerdo con los últimos criterios, cuatro grandes infraestructuras de Madrid están inmersas en importantes obras para adaptarse en tiempo y forma a los criterios que marca la normativa: casi 55 millones de euros invertidos en obras y actuaciones que no serían suficientes para los nuevos requisitos.
«Madrid también es singular en su sistema de depuración y saneamiento ya que pese a contar con grandes aglomeraciones urbanas no le corresponden grandes ríos receptores. En previsión de este tipo de situaciones, la legislación ambiental europea permite adaptar los requisitos a las singularidades de ciertas masas de agua y hacer un seguimiento de si medidas como las inversiones que Canal está ejecutando en sus depuradoras son efectivas», esgrimen.
Según ha explicado Novillo, el nuevo Plan elimina esta opción, y pone así los mismos requisitos ambientales a los cauces receptores de la Comunidad que a cualquier otro de la cuenca. «Ningún otro plan ha eliminado estas opciones legales, respetuosas con el medio ambiente y, además, coherentes con la naturaleza de la Comunidad de Madrid, que tiene la mayor de las conurbaciones urbanas de España», apunta el consejero.
Entre otros datos, los responsables del Canal han detallado que pese al aumento del 14% de la población desde 2005, el volumen de agua consumida en la región disminuya un 19%. También indican que mantiene un nivel de pérdidas reales «muy reducido», un 70% inferior a la media nacional.
Según el nuevo Plan Hidrológico, en 2039 la región tendrá una población de más de 8 millones, pero con la nueva normativa «plantea un escenario en el que el agua disponible para abastecer a la población madrileña podría disminuir de forma significativa», concluye el titular regional de Medio Ambiente.