El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, ha destacado este jueves el potencial de las empresas energéticas para soportar los efectos económicos en el sistema de crisis internacionales como la que se derivó en torno al inicio de la guerra en Ucrania, o ahora ante el conflicto en la Franja de Gaza.
Reynés ha hecho esta reflexión en una charla con Brian Davis, CEO de C2X, del grupo AP Moller Maersk, moderada por Alicia Carrasco, CEO de olivoEnergy, en el XXII Congreso de Directivos de la Fundación CEDE, que se celebra este jueves en Granada.
La charla ha puesto sobre la mesa en primer lugar la reforma del mercado de electricidad promovida por la Unión Europea al objeto de que el precio sea menos dependiente de la volatilidad y también del gas, los consumidores estén más protegidos y además se pueda promover la renovación de las formas de obtener energía.
El directivo de Naturgy, que ha destacado que la apuesta de Andalucía por facilitar las inversiones es el ejemplo de que España tiene mucho que decir en cuestiones de transición energética, ha expuesto que es necesario afrontar la resolución de tres problemas en paralelo, de forma conjunta entre empresas, consumidores, suministradores y la sociedad en su conjunto.
Es esencial que no se ponga en riesgo «la seguridad del suministro» a la par que se avanza en que la generación de energía sea más sostenible, con la vista puesta en «la descarbonización» y en que la energía pueda estar «disponible» para «todos los habitantes del mundo» a unos precios que puedan afrontar.
Por ello los directivos de eléctricas y energéticas en general estarían «muy contentos» de contar con todo «el apoyo» de las administraciones para afrontar los efectos del sistema en este ecosistema cambiante en el que es precisa la adaptación de la infraestructura no solo en España sino también «en el resto del mundo» para evitar caer en la «frustración».
En este contexto, y preguntado en concreto sobre los efectos de crisis como la de Ucrania o ahora a raíz del conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, en Oriente Próximo, Reynés ha recordado, respecto de la primera, las reacciones de los mercados de energía «incluso antes» de la invasión de Rusia, y sus efectos en los precios.
«La razón es que la energía y la geopolítica» siempre funcionan conectadas, con «la especulación» que ello también conlleva. Así, se han dado escenarios de «súper picos» de los precios económicos después de la invasión de Ucrania pero a su vez la consolidación de «fuentes de energía alternativa al gas ruso», que conllevaron la consiguiente bajada.
Ahora, en Oriente Próximo, se empiezan a tener en cuenta «los efectos potenciales» que en el ámbito internacional se pueden dar en el futuro a corto y medio plazo. Sea como sea, «la realidad es que las empresas energéticas han demostrado» que están preparadas para «ofrecer soluciones» que se echan a sus «espaldas» para no «poner en riesgo la seguridad del suministro» y en general abundar en «la evolución y el bienestar de la sociedad».
En la mesa se ha incidido en la importancia de las energías renovables como «una gran oportunidad» si se establecen los parámetros necesarios en orden a que el sistema sea «menos dependiente» de la evolución del precio del gas, a la par que se avanza en las soluciones contra «el cambio climático» de la mano de las administraciones.