El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha afirmado este martes que espera poder recibir en los próximos meses al expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont; a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y al «resto de exiliados» como resultado de una amnistía que ve inevitable.
Lo ha dicho en la parte final de su discurso con el que ha abierto el Debate de Política General (DPG) en el Parlament, y en el que ha dicho que la negociación de una hipotética amnistía «pondrá fin a seis años de exilio, sufrimiento y represión».
Aragonès también ha dicho que la amnistía «culminará con el archivo de todas las causas contra el independentismo que quedan abiertas», dando por finalizada la causa general contra el independentismo que se ha dado en los últimos años, según él.
«Esto pasará. Por mucho que algunos se alteren y se indignen. La amnistía es un hecho», ha subrayado, aunque ha recordado que la amnistía, por si sola, no resolverá el conflicto político entre Catalunya y el resto de Espanya, pero sí la marca como punto de partida de una nueva fase de negociación.
Ha sostenido que en «los próximos cuatro años se debe dar la fórmula para resolver el conflicto de soberanía con el Estado», y ha dicho que el presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE a la reelección, Pedro Sánchez, debe comprometerse a encontrar el modo de que Catalunya vote en referéndum.
«Votar no es ningún delito, hacer que la ciudadanía vote no es un delito, y defender la democracia no es un delito. Por eso, la amnistía es inevitable. Pasará y estoy convencido de que será una realidad», ha argumentado.