Las librerías madrileñas solicitarán la próxima semana reunirse con el consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, para solicitarle que la Comunidad se replantee la posibilidad de implantar el conocido como 'cheque libro' escolar a las familias frente al actual modelo de compra centralizada y préstamo del programa Accede que ayude a la supervivencia de los establecimientos de proximidad.
Así lo ha explicado, a menos de dos semanas para que comience el curso escolar, el director del Gremio de Librerías de Madrid, Pablo Bonet, en declaraciones a Europa Press, en las que ha avanzado que el lunes pedirán una reunión con Viciana, quien tomó posesión como nuevo consejero de Educación el pasado mes de junio, para abordar un posible cambio de modelo hacia el denominado 'cheque libro', que desde hace años funciona en otras comunidades autónomas como Andalucía.
Las librerías abogan por mantener la apuesta por el préstamo y la gratuidad de los libros de texto para las familias, pero en el que sean éstas las que puedan adquirir los libros en establecimientos de proximidad y no a través de la compra centralizada por parte de cada colegio o instituto que deja fuera a muchos de estos negocios, explica Bonet.
Para el director del Gremio, esto podría llevarse a cabo con un «cambio jurídico pequeño» en la actual Ley de Gratuidad de los Libros de Texto y el Material Curricular de la Comunidad de Madrid, algo que esperan plantear a Viciana.
Pablo Bonet ha explicado que la aplicación del 'cheque libro' favorecería también las ventas en estas librerías de otro tipo de material relacionado como cuadernos y otros artículos de papelería y ha advertido de que el actual sistema centralizado excluye a muchos pequeños comercios mientras empresas «que no son librerías» han hecho «su agosto».
Contratos menores
No obstante, el director del Gremio ha explicado que este año se ha producido una anomalía respecto a los cursos anteriores debido a que la renovación del acuerdo marco que regula estas compras «no ha llegado a tiempo», de modo que los centros podrán recurrir a contratos menores --siempre que no se superen los 15.900 euros-- y contratar con aquella librería que elijan siempre que hayan solicitado previamente al menos tres presupuestos, lo que «abre el abanico a más librerías».
Desde la Librería Gradua2 de Parla, Daniel de la Riva se ha mostrado escéptico con las posibilidades para los pequeños establecimientos bajo la fórmula de los contratos menores, hasta el punto de considera que «está ya el pescado vendido» y subraya que es el resto del material escolar lo que «salva» a este tipo de comercios.
«La clave es no hacer una librería de libros de texto, sino de doce meses, que los clientes vengan todo el año. Es un error intentar montar un negocio para vivir del texto», considera el responsable de Gradua2, librería con un lustro de vida en el que han visto como cada año se reduce su margen por este segmento.
Sin embargo, Pablo Bonet puntualiza que muchas librerías de barrio encuentran en el libro de texto «su modelo y su forma de vivir», pues en algunos casos pueden llegar a concentrar en estas semanas previas al inicio del curso escolar «entre el 30 y el 50% de su facturación».
En esto coincide el presidente de la Asociación de Pequeñas Librerías de la Comunidad de Madrid, Valentín García, quien subraya que para muchas librerías-papelerías se trata del momento «más importante del año» para su negocio, si bien este modelo ha hecho que en los últimos años se haya «reducido mucho».
Más de 300 establecimientos cerrados desde 2018
García confía en que la actual mayoría absoluta del PP en la Asamblea de Madrid facilite una reforma legal que haga posible la implantación del 'cheque libro', una «petición de todo el sector», el cual ha visto cómo «desde 2018» la cifra de papelería-librerías en la Comunidad se ha reducido «en más de 300», al pasar del millar «a las 680 ó 690».
Junto a esto, Pablo Bonet ha alertado también del 'dumping' que, a su juicio, practican las editoriales al ofrecer precios de venta directa a los colegios --en el caso de los privados y concertados-- por debajo del coste que tienen para las librerías, por lo que ha expresado también su rechazo a la fórmula de libertad de precio para estos materiales.
Al igual que para Gradua2, para la librería Gaztambide, con más de tres décadas de historia en el distrito de Chamberí de la capital, el actual modelo de Accede de la Comunidad de Madrid supone «una catástrofe» y aboga por el 'cheque libro' a las familias, como reconoce su representante, Belén González, quien advierte de que con el actual sistema de préstamos los ejemplares llegan muy deteriorados al cuarto año.
«Antes el cliente venía a comprar el libro y compraba papelería, lecturas... Ahora nos hemos quedado sin el cliente de tienda», lamenta González, aunque reconoce que por su tamaño y trayectoria, Librería Gaztambide sí puede acceder a cualquier colegio de la Comunidad de Madrid para suministrarle los libros de texto.