La planta de selección de envases del Ayuntamiento de Zaragoza, que gestiona la empresa Urbaser, recicla nueve de cada diez unidades que recibe. Es una de las dos plantas para tratar plástico, metal y briks con que cuenta en Aragón. La otra está ubicada en Huesca.
Entre las dos reciben todo el material que depositan los ciudadanos en los 12.425 contenedores amarillos que hay en la comunidad autónoma, según datos de 2022, año en el que en Aragón se han reciclado 17.564 toneladas de plásticos y 5.932 envases metálicos.
La especialista de Comunicación Corporativa de Ecoembes, Silvia López, ha realizado este miércoles una visita a la planta de Urbaser y ha indicado que, en Aragón, en 2022, se han reciclado 38.840 toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks, papel y cartón, es decir, los que se depositan en los contenedores amarillo y azul, de las que 15.344 toneladas han sido de papel y cartón, 17.564 de plásticos y 5.932 envases metálicos.
Además, del total de 38.840 toneladas, 32.994 han procedido de los contenedores amarillo y azul y en las 990 papeleras de colores instaladas en espacios de gran afluencia de público, como parques temáticos, aeropuertos, estadios de fútbol, oficinas, bares y restaurantes de Aragón. La cantidad restante procede de las plantas de la fracción de resto, a donde llegan todo tipo de residuos sin separar.
López ha querido aportar el dato conjunto de plástico y papel para evidenciar «la magnitud de los envases domésticos que generamos». Ha añadido que cada aragonés ha reciclado 26,4 kilos de este tipo de envases en 2022, cifra que se mantiene con respecto al año anterior y que sitúa a la región en la media de España, que está en 27 kilos.
La responsable de Ecoembes ha considerado que hay margen de mejora para reciclar más y, «sobre todo, que se recicle bien», para puntualizar que el contenedor amarillo «no es el de los plásticos, sino el de los envases de plástico» y de los briks y latas de bebidas y conservar.
Por tanto, otros residuos de plástico, aluminio o acero, como juguetes, cintas VHS, cassettes y sus cajas, macetas o sartenes «no deben depositarse ahí». López ha recordado que Ecoembes posee una aplicación gratuita 'AIRE' --siglas de Asistente Inteligente de Reciclaje de Ecoembes--, donde se puede consultar a qué contenedor debe ir cada residuo o si se ha de llevar a un punto limpio. También da ideas sobre como reutilizar los envases.
«Afortunadamente, a día de hoy, hay mucho material didáctico, aplicaciones, muchas páginas web que también nos ayudan a resolver esas dudas que, poco a poco, por suerte, cada vez son menos, y que nos ayudan a que lo hagamos mejor», ha glosado la responsable de Ecoembes.
No entorpecer el proceso
Silvia López ha enfatizado que, ante la duda de donde debe ir cada residuos, es preferible echarlo al contenedor de restos que al de envases para no entorpecer el proceso de reciclaje ya que, por ejemplo, cuando son objetos de gran volumen «impiden que otros envases más pequeños se puedan clasificar» de forma «que se tira por tierra ese trabajo que los ciudadanos están haciendo bien separando los envases que corresponden».
Ha especificado que los plásticos que no son envases pueden incluso provocar averías, atascos en la maquinaria y eso implica una pérdida de tiempo y de la eficacia del proceso.
López ha comentado que en Aragón el 20 por ciento de lo que va a los contenedores de reciclaje no se deposita en el lugar adecuado, cifra que ha mejorado respecto a otros años, pero «tenemos que aspirar a hacerlo todavía mejor».
Otro de los retos es reciclar más porque todavía hay personas que no quieren hacerlo, si bien en Aragón cuatro de cada cinco ciudadanos declara separar sus envases.
«Hay quienes todavía no lo hacen porque no cree que este proceso sea realidad y por eso estamos aquí, para enseñar que sí, que no todo se mezcla», sino que se separa y este material se convierte en otros nuevos objetos «que de no haber sido reciclados tendríamos que extraer de nueva materia prima».
Ha agregado que también han que animar a los que sí reciclan a que también lo hagan en su lugar de vacaciones, en aeropuertos, parques de ocio o bares, donde cada vez más se facilita.
Planta de selección de envases
En España hay 97 plantas de selección y pertenecen a los ayuntamientos, que hacen distintas contratas a empresas gestoras de residuos, en el caso de Zaragoza, a Urbaser.
Hasta esta planta llegan los camiones que hacen la recogida de los contenedores y, una vez que el material se introduce en ella, se separa en siete grupos o fracciones diferentes, para lo que se usan diferentes procesos y maquinas.
Así, las hay que permiten separar por tamaño, forma o ligereza. Otras permiten abrir las bolsas de plástico que se depositan llenas y cerradas en los contenedores, otras que separan el acero o el aluminio, y también se emplean separadores ópticos con rayos infrarrojos y con aire para crear diferentes fracciones con botellas, latas y brik.
Del proceso, se obtiene esas siete fracciones. Una de ellas es el plástico PET --el de las botellas de refrescos--, que se pueden convertir en nuevas botellas de refrescos o ropa y textil.
Otra es el plástico PEAD, el que poseen los envases de detergentes y cremas corporales, que se puede convertir en nuevas botellas y en tuberías y una tercera el denominado plástico mezcla --el de los yogures, mantequillas y productos lácteos-- se puede transformar incluso en mobiliario de parques y de oficina.
Otra de las fracciones es el plástico film --el de las bolsas--, que se convierte en nuevas bolsas; la quinta es el brik, que, sobre todo, se usa para hacer cajas de cartón, de cereales e incluso papel para libros; la sexta es el acero --el de las latas de conservas-- y la séptima el aluminio --de las latas de refresco--, y ambas se vuelven a usar para nuevos botes, llantas de bicicletas, sartenes u ollas.
La responsable de Ecoembes ha precisado que cada vez se cuenta con más tecnología para que el proceso sea más eficiente, «se recupere lo máximo», el cien por cien, si es posible, y se adaptarse a los hábitos de consumo.
Transformación
Una vez que crean estas fracciones, que se agrupan en packs, las empresas recicladoras los van a recoger y transforman el material, para, a partir de él, crear nuevos usos. «Es un proceso bastante completo, que pasa por muchas manos y que cada uno tiene su labor», ha apuntado López.
En España, ha dicho, hay 426 empresas recicladoras, más de 13.000 que ponen envases en el mercado --de cosméticos, alimentación, droguería, perfumería, metálicos y plásticos-- y 47.000 empleos vinculados al reciclaje.
Las empresas que forman parte de Ecoembes son las que ponen envases en el mercado, que pagan una tarifa, que se llama punto verde, y con ese dinero se paga a las distintas administraciones públicas para hacer posible todo el proceso de reciclaje y mejorarlo.
Ecoembes también recibe dinero de las empresas recicladoras por el material que sacan de las plantas de selección, fondos que tienen el mismo uso. López ha recordado que Ecoembes es una asociación sin ánimo de lucro, que no obtiene beneficios y su objetivo es supervisar y mejorar todo el proceso del reciclaje.