El director de la Cátedra DPZ de Despoblación y Creatividad de la Universidad de Zaragoza, Vicente Pinilla, ha asegurado que los Grupos de Acción Local de los proyectos Leader «son una de las cosas más interesantes que se han hecho en los últimos treinta años» para combatir la despoblación.
Las ayudas Leader son subvenciones procedentes de la Unión Europea que cubren hasta el 50% del coste de la inversión de un proyecto, siempre y cuando se desarrolle en el entorno rural. Pinilla ha señalado que este tipo de ayudas «deberían ser la piedra angular de las políticas, más que muchos grandes planes y estrategias que vienen desde arriba».
Vicente Pinilla ha incidido, en una entrevista concedida a Europa Press, en que las estrategias para la lucha contra la despoblación tienen que ser multidimensionales y «centrarse en las personas más que en los números», adaptándose a la realidad de cada territorio.
Considera que el objetivo no tiene que definirse buscando el logro de un determinado tamaño poblacional, dadas las tendencias demográficas decrecientes de toda Europa: «Lo que deberíamos tratar de conseguir es que la gente pueda elegir dónde quiere vivir dentro de unas ciertas condiciones equilibradas y lograr el bienestar de las personas».
El director de la Cátedra ha hecho hincapié en estos Grupos de Acción Local que «generan un entorno dinámico de activismo, de dinamización, de plantear proyectos y de conocer las necesidades locales» pero ha resaltado que «estos grupos necesitan financiación pero la financiación, sin estos grupos, tampoco va a funcionar».
Políticas antidespoblación
El director de la Cátedra de Despoblación y Creatividad ha criticado que a día de hoy las políticas estén «desequilibradas» porque el enfoque está puesto «de arriba a abajo» y debería ser «complementario» con el enfoque de abajo a arriba.
«El problema no es principalmente de dinero, es más bien de compromiso, de arraigo, de iniciativas y obviamente esto hay que complementarlo, si no proveemos buenos servicios públicos, si no hay buenas infraestructuras, lo otro no va a funcionar», ha insistido el catedrático, manifestando que «hay que pensar en esta complementariedad entre ambas aproximaciones».
El empleo es «el problema número uno», la vivienda, las infraestructuras tradicionales y las digitales, las políticas de género, de conciliación y de fomento y las actividades culturales en general, es decir, «políticas que logren una cierta cohesión social», son las que ha enumerado y estimado fundamentales para el dinamismo en el medio rural el también catedrático en Historia Económica de Unizar.
Sectores económicos
Vicente Pinilla ha indicado que «no hay una actividad concreta que sea clave, hay zonas que pueden tener potencial turístico, agrícola, que tengan espacios naturales, zonas muy agradables donde vivir y teletrabajar o buena conexión con las ciudades». El catedrático ha dicho que al ser el medio rural muy diverso, hay que tener objetivos y estrategias variadas.
Uno de los sectores que se está desarrollando más es el de las energías renovables. Sobre este asunto, Pinilla opina que «tal y como se están planteando, todavía pueden generar más despoblación, son macroproyectos muy poco pegados a las necesidades de la gente».
Vivienda en el medio rural
Una vez solucionado el problema del trabajo, Pinilla ha aseverado que la vivienda es un «elemento esencial» en el medio rural, las casas están desocupadas pero en mal estado, o los propietarios las utilizan poco pero no las quieren alquilar.
El director propone estrategias que pasen por lograr que haya casas en alquiler a bajo precio pero sin olvidar una oferta de actividades variadas ya que «la agricultura genera pocos empleos», por lo que hay que pensar en iniciativas que «tiren de la actividad económica».
Despoblación y pandemia
A su juicio, la pandemia apenas ha cambiado las cosas respecto a la despoblación: «Las condiciones culturales son las mismas, la mentalidad también, aunque sí puede haber pequeños cambios».
Entre ellos, un redescubrimiento para algunas personas del medio rural o las posibilidades del teletrabajo. Todo esto tiene un «efecto goteo que puede ser interesante».
Cátedra dpz de despoblación y creatividad
El 26 de junio de 2017, el presidente de la DPZ Juan Antonio Sánchez Quero y el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, firmaron el Convenio de colaboración para la creación de la 'Cátedra sobre Despoblación y Creatividad' de la Universidad de Zaragoza, con una vigencia de dos años, que se ha ido renovando hasta día de hoy.
En la actualidad su director es Vicente Pinilla y su predecesor fue Luis Antonio Sáez. El objetivo de la cátedra en primera instancia es fomentar la investigación académica sobre la despoblación pero con una orientación aplicable a la resolución de problemas concretos. En palabras de Vicente Pinilla, «incentivar con nuestros escasos medios que se hagan trabajos sobre problemas que nos parecen específicos».
También tiene una segunda labor de actividades variadas para apoyar iniciativas locales y realizar una función de participación en el debate social. «Una de las cosas más interesantes que hemos hecho es participar con la División de Población del gobierno de Escocia y tratar de aprender de su experiencia, que es bastante interesante», ha relatado el catedrático.
Una tercera cuestión que trata de llevar a cabo la Cátedra de Despoblación y Creatividad es la de aportar alguna herramienta para que no se entienda como fracaso el vivir en el pueblo sino como una opción. El orgullo rural se fomenta con un concurso llamado 'Qué bello es vivir en mi pueblo'. Una iniciativa que impulsa a las escuelas e institutos rurales a elaborar un audiovisual y relatos para jóvenes y niños sobre lo que les gusta de su lugar de residencia. «Se trata de una actividad que genera cohesión en un pequeño colegio», ha comentado Pinilla.
Erasmus rural
El anterior director de la cátedra, Luis Antonio Sáez, promovió una iniciativa pionera en todo el país, el llamado Erasmus Rural. El mercado de trabajo en las zonas rurales es muy complicado a la hora de conectar a quienes estarían dispuestos a trabajar allí con quienes demandan trabajadores. «Es difícil, es un mercado más complicado que el urbano», ha subrayado Pinilla.
Los estudiantes de último curso del grado que así lo deseen, puedan hacer prácticas en verano en el medio rural y, de esta manera, lo conocen, valoran la experiencia considerando si es de su interés o si ven como opción la posibilidad de desarrollar su carrera laboral en algún pueblo y, a la vez, las empresas o instituciones públicas del medio rural suplen las necesidades que tienen.
El programa se extiende a lo que serían los postgrados y tiene exactamente la misma filosofía. De hecho, empezó en Zaragoza y ahora se hace en todo Aragón, en Navarra e incluso el propio Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico tiene también un programa similar. «Es una pena que no lo patentáramos porque ha sido una gran idea», ha concluido bromeando el director actual de la cátedra.