Algunos de los vecinos que fueron evacuados de los municipios de Puebla de Arenoso y Villanueva de Viver como consencuencia del incendio del Alto Mijares han mostrado su «alegría y emoción» por volver a sus casas, aunque han asegurado que han «padecido» ante la incertidumbre de lo que se iban a encontrar.
Así, en declaraciones a los medios de comunicación, el teniente de alcalde de Puebla de Arenoso, Pedro Navarro, ha señalado que la vuelta a su pueblo ha sido «una sorpresa agradable» porque se habían hecho la idea de que todo el entorno estaría quemado y que, sin embargo, «solo se ha visto afectada la zona norte».
«El fuego no ha quemado ninguna casa y tampoco hemos tenido que lamentar ninguna desgracia personal», ha apuntado Navarro, quien ha confesado que en la vuelta a su casa tuvo una «sensación de alegría, igual que todos los vecinos porque somos del pueblo, queremos a nuestro pueblo y eso es algo que te llena el corazón».
Agustina, otra vecina de Puebla de Arenoso, que ha destacado que en Segorbe -donde ha estado alojada- ha estado «divinamente», ha indicado que ha sentido un «alivio» en la vuelta a su casa «porque allí yo no podía dormir». «Nadie se ha muerto ni a nadie le ha pasado nada», ha subrayado.
«Estoy enfadada con los ecologistas porque no dejan cortar nada ni retirar los árboles, por lo que es normal que haya pasado esto», ha sentenciado esta vecina.
Por su parte, José, vecino de Villanueva de Viver, ha explicado que solo ha estado preocupado por los animales porque en Segorbe, donde ha estado alojado, ha estado «bien»; mientras que Vicente ha relatado que estaba pensando todo el día si se le quemaba la casa. «ha sido una alegría importante volver a casa», ha dicho.
Teresa, otra vecina del pueblo, ha dicho que mientras estaban evacuados han estado «padeciendo». «La vuelta ha sido una emoción porque no esperábamos que estuviera tan bien el pueblo. Hemos estado preocupados, poro ya estamos en casa aunque a medias, porque no nos dejan salir a Barracas que es donde vamos a comprar», ha lamentado.
Finalmente, una vecina que regenta el bar del pueblo ha manifestado haber vivido con «bastante angustia y mucha preocupación» durante el tiempo en que ha estado desalojada «porque no sabíamos hasta dónde iba a llegar, y al volver a casa estabámos todos compungidos y contentos». «La sensación al llegar ha sido angustiosa por ver la desolación, pero con mucha alegría por estar de vuelta», ha concluido.