La familia de Pilar, la mujer de 68 años asesinada presuntamente por su vecina de rellano, ha solicitado a la jueza que instruye el caso un informe de anatomía patológica para esclarecer la causa de la muerte al sostener la acusada que fue accidental, han informado fuentes próximas al caso.
La magistrada, titular del Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, investiga a Marta C. H. por un delito de homicidio a raíz de la muerte de su vecina del número 64 de la calle Oca, cuyo restos se hallaron el pasado 1 de marzo en una escombrera de la localidad toledana de Las Ventas con Peña Aguilera.
La investigada sostiene que la muerte de Pilar, de 68 años, fue accidental, una versión que choca con el escenario del crimen que tuvo lugar en la planta tercera del inmueble al estar el piso repleto de rastros de sangre en el suelo y de salpicaduras en las paredes.
Tras el supuesto asesinato, la presunta asesina introdujo su cuerpo en una maleta y lo trasladó a su pueblo, situado en Las Ventas con Peña Aguilera. Quemó la maleta en su finca y se deshizo de las cenizas en una escombrera.
Las cámaras de seguridad de los comercios próximos al edificio captaron a Marta salir con una maleta horas antes de que la familia de la fallecida denunciara su desaparición en extrañas circunstancias.
La magistrada está ahora a la espera de recibir los resultados de la autopsia. Entretanto, la familia de la víctima, a través de su letrado, ha solicitado un informe de anatomía patológica para esclarecer la muerte y confirmar la etiología violenta.
Muerte violenta
Los investigadores sospechan que la muerte fue violenta por el escenario del crimen que dejó la mujer. A pesar de que limpió con lejía el baño y otras estancias de la vivienda, los agentes hallaron en la inspección ocular abundantes restos de sangre en suelo y paredes, un extremo que choca con la tesis de que murió de un golpe en la cabeza.
En su declaración, Marta manifestó que el pasado 27 de febrero había quedado con Pilar «a fin de resolver una deuda que tenía con la comunidad por una derrama y varios recibos pendientes». Quedaron en bajar al banco para saldar la deuda, pero antes la víctima se pasó por la casa de su vecina.
Ya en el interior, Pilar «sin tocarla» cayó de espaldas y se dio contra el mueble del lavabo. Una vez que comprobó que no respiraba, introdujo el cuerpo en una maleta. Tras ello, compró varios productos de limpieza y procedió a limpiar sobre todo el cuarto de baño, donde más restos de sangre había.
Horas más tardes, se trasladó a la finca de su familia en Las Ventas con Peña Aguilera y quemó la maleta con gasolina. Al quedar aún huesos, fue a una gasolinera a por más gasolina y siguió avivando el fuego. Trasladó los sacos con cenizas a una escombrera.