El escritor Mario Vargas Llosa ha asegurado que «una novela para mí es una operación de largo plazo y en la que constantemente se va transformando poco a poco la idea inicial», apuntando que las obras que al final resultan «no tienen nada que ver con esa idea inicial».
Vargas Llosa ha participado en el encuentro 'Los personajes de mi vida' dentro de la inauguración del II Festival Literario de América y Europa 'Escribidores', en un diálogo junto al autor cubano Leonardo Padura, y ha asegurado que construir una novela «es algo muy complejo». «Me quito el sombrero ante esos escritores que son capaces de escribir a una gran velocidad», ha dicho.
Como ejemplo de ese cambio de rumbo en las obras, ha señalado que 'Conversación en La Catedral' «iba a ser en un momento dado una historia de chiquillos de un barrio, de clase media, más bien afortunados; y luego, poco a poco, se fue transformando hasta ser una novela del Perú, en la que aparecía la complejidad de mi país, con las distintas razas, los distintos niveles y los perjuicios entre clases, las diferentes costumbres».
El Premio Nobel de Literatura 2010 ha incidido en que lo que más le preocupa es el estilo y ha asegurado que lo trabaja «constantemente, produzco cosas muy distintas que van construyendo una historia». «En un momento dado me encuentro con un mundo que no soñé jamás, que se ha impuesto y se ha manifestado de manera tan convincente que me ha obligado a dejar la idea inicial», ha aseverado.
También ha afirmado que le ha pasado que un personaje «de una manera maniática se niega a aceptar su propio destino y al final hay que rendirse y seguir la línea del personaje, que puede estar absolutamente en el polo opuesto del que se concibió». «En última instancia, los escritores no saben de qué escriben», ha ironizado.
Para Vargas Llosa, «la novela moderna arranca de alguna manera de Flaubert», que, en su opinión, «transformó la literatura contemporánea». Así, ha asegurado que «leyendo Madame Bovary y a Flaubert yo dije que no existe nada que se compare a la riqueza de la literatura, a la formidable transformación», declarando la gran influencia del autor y de este libro en su obra y en la elección de hacer la literatura «el centro de mi vida».
Así, ha indicado que el personaje de Madame Bovary le sedujo «extraordinariamente», incidiendo en que «ella cree que la vida está en esos libros que lee», aunque al final descubre que la realidad «no es como las novelas». Además, ha destacado la «grandeza en los capítulos finales de la obra» por la transformación que experimenta el personaje.
Según ha señalado, en su caso, los personajes van surgiendo en función de las obras; «creo que nunca he iniciado una novela con un personaje femenino, son como una transpiración de la novela, que en un momento dado llega a ser central, a ser un personaje absolutamente clave para entender todo el contexto».
«Es un proceso muy largo, que me lleva muchas veces a transformar los personajes, a convertirlos en otras cosas; muchas veces parto de una idea que luego, en el curso de la redacción de la novela, va transformándose y la experiencia me ha enseñado que debo seguir esos impulsos en vez de oponerme y sacar el personaje que yo tuve desde el principio en la cabeza», ha señalado.
Padura, por su parte, ha indicado que Pepe Carvalho, protagonista de una serie de novelas y relatos de Manuel Vázquez Montalbán, ha sido un personaje «decisivo» en su obra y ha explicado la construcción de los protagonistas de sus obras, señalando que estos, a veces, «te obligan a cambiar el rumbo de la historia».
«Uno tiene que oír las voces de los personajes porque muchas veces te indican los rumbos que deben coger la historia que le has creado para ellos», ha dicho el escrito cubano, quien ha asegurado que en ocasiones «cuando has logrado darle vida, este empieza a tener sus propias exigencias».
Este festival, que contribuye al hermanamiento de Europa y América con el libro como protagonista, está organizado por la Cátedra Vargas Llosa con el apoyo de la Fundación Unicaja y la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.