El Ayuntamiento de Madrid se prepara para su tercera prórroga presupuestaria, la primera de la 'era Almeida', después de que el Gobierno municipal de PP y Cs haya decidido no convocar Pleno de presupuestos al no salirle las cuentas para sacarlos adelante.
Fue en el mandato anterior, con Manuela Carmena como alcaldesa, cuando el presupuesto tuvo que ser prorrogado hasta en dos ocasiones. La primera fue en 2016 de cara a las cuentas de 2017 hasta conseguir el apoyo de sus socios, los socialistas de Purificación Causapié, dos meses después del calendario habitual, en febrero. Se convertía así en la primera prórroga del Ayuntamiento de Madrid en la historia de la democracia.
Hace solo dos días, durante la celebración del Pleno ordinario, el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, mantenía en el aire la postura de su grupo ante un potencial Pleno extraordinario, «si es que se convoca». «No sabemos a qué juegan», declaraba acompañado en los pasillos de Cibeles por la portavoz de Vox en la Asamblea, Rocío Monasterio.
Ahora en el Ayuntamiento, al igual que en la Asamblea, las cuentas no salen ante la falta de apoyo de Vox. El grupo parlamentario que abandera Monasterio tumbaba hace una semana en comisión el proyecto de presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2023.
Abstención en comisión
Veinticuatro horas antes del Pleno ordinario, el Grupo Municipal de Vox se abstenía en comisión en la votación del proyecto de presupuestos. El texto obtenía de este modo dictamen favorable con el voto de calidad del PP tras el 'no' del Grupo Mixto, PSOE y Más Madrid. El de ordenanzas fiscales salió adelante con el 'sí' de PP, Cs y Vox, la abstención del Grupo Mixto y Más Madrid y el 'no' del PSOE.
Ortega Smith se confesaba «perplejo» ante el hecho de que no se hubiera convocado ya el Pleno de presupuestos y explicaba que en las comisiones Vox «estudia, pide información y mantiene una posición de abstención, a no ser que provoque la paralización de un expediente». «Luego, en función del debate, en el Pleno votamos», indicaba.
Cruce de reproches
Martínez-Almeida y Ortega Smith escenificaron en el Palacio de Cibeles su batalla particular, con reproches entre ambos y acusaciones mutuas de 'engordar' a la izquierda. Fue el último 'choque' entre ambos en una escalada que arrancó cuando el Gobierno municipal presentó el proyecto de presupuestos sin contemplar la moratoria de zona de bajas emisiones en el distrito Centro, «línea roja» para que Vox diera el 'sí' a las cuentas.
Vox no presentó ninguna enmienda al presupuesto, al contrario que el resto de las formaciones políticas en la oposición. Tres han sido las enmiendas a la totalidad (de Más Madrid, PSOE y Grupo Mixto). El Mixto el año pasado apoyó las cuentas de Almeida, con el coste político que les supuso en forma de dimisión del concejal Felipe Llamas por no estar de acuerdo con esa decisión. El principal grupo de la oposición presentó 192 enmiendas parciales y el PSOE 177.