Un 60% de los vascos cree que las acciones que están desarrollando varias instituciones para la memoria de las víctimas de motivación política favorecen la convivencia, mientras que un 33% considera que es preferible 'no remover el pasado' para una buena convivencia, según el último sondeo del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco sobre las actitudes y opiniones de los vascos en varios aspectos de la diversidad y convivencia.
La encuesta se ha realizado tras realizarse un total de 1.314 entrevistas telefónicas en Euskadi, entre el 20 y el 29 de octubre de este año.
Según el sondeo, un 50% de la población se siente libre para hablar de política con todo el mundo, mientras un 37% se siente libre solo con ciertas personas, y un 11% con casi nadie. El sentimiento de libertad para hablar de política ha aumentado desde la anterior medición en 2018, cuando un 41% decía sentirse libre para hablar con todo el mundo.
Los vascos califican con seis puntos en una escala de 0 a 10 la convivencia entre personas de ideas políticas diferentes en Euskadi, una valoración que ha disminuido ligeramente desde 2017, cuando era de 6,2.
La mayoría de la población (68%) ha oído hablar de las acciones que están desarrollando varias instituciones para la memoria de las víctimas de la violencia de motivación política, aunque gran parte de ellas no conoce bien lo que se está haciendo. Un 31% no ha oído hablar de esas acciones.
El sondeo señala que, independientemente de si ha oído o no hablar de esas acciones para la memoria de las víctimas de la violencia de motivación política, un 60% de la población considera que favorece la convivencia, frente a un 33% que opina que, para una buena convivencia, es preferible no remover el pasado y un 8% no sabe o no contesta.
En la encuesta se recuerda que durante décadas en Euskadi se han vivido situaciones de violencia de motivación política y que persisten algunas consecuencias de esa situación hoy en día. En ese sentido, un 56% cree que es posible alcanzar una paz definitiva y un 40% considera que este conflicto permanecerá en el futuro.
Según la encuesta, la población vasca asocia los problemas de convivencia principalmente con las desigualdades sociales y problemas económicos (el 36% los mencionan entre las dos principales), el racismo, la falta de integración de las personas inmigrantes y las diferencias culturales (20%), la delincuencia, el vandalismo, las peleas en la calle y la violencia en general (16%) y la falta de respeto, la intolerancia, la falta de comunicación, el individualismo etc (15%).
La mayoría de la población, en concreto, un 61%, entiende la convivencia como «que se comparta una forma de vivir, respetando las diferencias entre las personas», y un 38% como «que cada cual pueda vivir como quiera, siempre que no moleste a los demás».
El sondeo constata que, tanto la libertad como la solidaridad son importantes para una buena convivencia. El 44% de las personas encuestadas dice que lo más importante es que «cada persona pueda expresar sus ideas libremente», el 29% que «la gente sienta que forma parte de una comunidad», el 18% que «la gente se preocupe de cuidar de las personas de su entorno y el 7% que »cada cual pueda tomar decisiones por sí mismo.
Sociedad diversa
Por otra parte, se constata una preferencia mayoritaria por una sociedad diversa. En concreto, un 79% de los vascos preferiría vivir en una sociedad diversa, con personas de diferente origen, cultura, creencias, orientación sexual o identidad de género, frente a un 17% que preferiría vivir en una sociedad en la que la mayoría de la gente tenga el mismo origen, cultura, creencias, orientación sexual o identidad de género.
La encuesta señala que, conforme se avanza en edad es menor el porcentaje de quienes optarían por vivir en una sociedad diversa, aunque es la opción mayoritaria incluso entre las personas mayores de 65 años.
Por otra parte, en torno a la mitad de la población tiene relaciones «muy o bastante frecuentes» con personas que son muy diferentes a ellas mismas en determinados aspectos: un 57% con personas con opiniones políticas muy diferentes a las suyas, un 51% con personas que tienen orientaciones sexuales diferentes, un 47% con gente de nivel socioeconómico muy diferente, un 44% con personas de culturas o religiones diferentes.
La población vasca identifica como principales problemas de convivencia en Euskadi los relacionados con las desigualdades sociales y problemas económicos, que son mencionados entre los principales por un 30% de los encuestados, los mencionan entre los dos principales), los relacionados con el racismo, la falta de integración de las personas inmigrantes y las diferencias culturales (24%), los relacionados con conflictos políticos, y diferencias ideológicas (22%) y los vinculados a la falta de respeto, tolerancia o civismo, individualismo, egoísmo, etc. (22%).
En opinión de la mayoría de las personas encuestadas, el tipo de discriminación más extendido en Euskadi es el causado por el origen étnico o por ser inmigrante, ya que un 52% opina que está muy o bastante extendido, seguido de la discriminación por el color de la piel (38%), por la orientación sexual (34%), por género (34%), por religión o creencias religiosas (30%), por discapacidad (28%) y por último, por edad (23%). Las personas jóvenes perciben todos estos tipos de discriminación más extendidas que el resto de la población.
Por otro lado, la población vasca valora con 6,6 puntos en una escala de 0 a 10 el clima de convivencia entre la población de aquí y la población extranjera en su municipio o barrio. Esta puntuación ha ido aumentando ligeramente en cada una de las mediciones realizadas desde 2018, cuando era de 6,3.
Asimismo, la valoración de la convivencia entre personas de culturas diferentes en Euskadi es de 6,4 en una escala de 0 a 10, mientras que era de 5,9 puntos en 2017.
La encuesta señala que un 13% de la población se ha sentido rechazada alguna o muchas veces por su cultura o religión, en Euskadi y ese porcentaje alcanza el 36% entre las personas nacidas en el extranjero.
La gran mayoría de la población vasca está de acuerdo en que para lograr una mejor convivencia es necesario un «esfuerzo compartido» tanto de las personas inmigrantes como de las autóctonas, un 77% con que las personas inmigrantes de otros grupos étnicos enriquecen la vida cultural de Euskadi, y un 58% con que es adecuado que las personas de otras culturas o religiones vistan según sus costumbres en Euskadi. El grado de acuerdo con esas tres opiniones ha aumentado desde 2018.
Por último, se subraya que un 58% de la población opina que las redes sociales como Facebook, Twitter, Youtube perjudican a la convivencia y, por el contrario, un 18% cree que contribuyen a mejorarla.
Entre los jóvenes la percepción de las redes sociales es más positiva que en el resto de la población, aunque también en ese colectivo son mayoría quienes opinan que perjudican a la convivencia.
Un total de 7 de cada 10 personas encuestadas creen que las situaciones de violencia verbal o acoso que ocurren en las redes sociales son un problema grave que afecta a la convivencia fuera de las redes. Un 14% cree que es un problema grave, pero no afecta a la convivencia fuera de las redes, y un 9% no lo considera un problema grave.