El director general de Confebask, Eduardo Arechaga, ha pedido al Gobierno central «sensibilidad» a las necesidades de las empresas y que no las «culpabilice» de unas circunstancias que no han generado. Por ello, cree que la «prudencia y la rigurosidad» en la toma de decisiones, tanto institucionales como sindicales y empresariales, debe ser «la tónica que marque los próximos meses».
En una entrevista a la Cadena Ser, Eduardo Arechaga ha afirmado que ven «con cierta preocupación» el próximo otoño porque se está viendo «una progresiva desaceleración» de la actividad económica y también de la actividad empresarial, sobre todo, también «con una progresiva reducción de márgenes mientras que la confianza »se está resistiendo".
Según ha indicado, la inflación es, en estos momentos, lo que conlleva «una mayor preocupación» porque «cuesta doblegarla». Arechaga ha añadido que, aunque agosto no suele ser un mes «boyante» desde el punto de vista del empleo, se constata que «la desaceleración en el ámbito económico se está trasladando al ámbito del mercado de trabajo».
Por ello, cree que la «prudencia y la rigurosidad» en la toma de decisiones, tanto institucionales como sindicales y empresariales, debe ser «la tónica que marque los próximos meses».
El responsable de Confebask ha recordado algunas de las recomendaciones que han realizado los empresarios para el Plan de contingencia de Euskadi y que ya ha dado a conocer la propia consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, y que tienen que ver en algunos caso con peticiones al ámbito del Estado al ser de su competencia.
Se trata, según ha explicado, de medidas para fomentar y promover el ahorro energético como incentivar a las industrias electrointensivas y gasintensivas económicamente, «cuando tengan que reducir, si tienen que reducir sus consumos».
Además, ha añadido que quieren promover «medidas eficaces» para las pymes de cara al ahorro energético y «que pueden ir desde iluminarias, calderas o cosas como muy concretas y muy a corto plazo».
Según ha subrayado, el ahorro energético debe «concernir a todos» y, desde el punto de vista del desarrollo económico pero también del empleo y social, hay que evitar que los países de centro de Europa tengan que cortar o racionar su energía «porque eso empeoraría la situación económica».
Sensibilidad empresarial
Ante la reunión de este lunes entre los sectores industriales, de comercio y turismo con la ministra de Industria, Reyes Maroto, espera que el Gobierno sea «sensible a las necesidades empresariales» lo que sería «un dato muy positivo y diría que novedoso» en estos momentos de «incertidumbre económica».
«Ya sabemos que el año que viene vamos a tener que pagar el mecanismo intergeneracional de las pensiones porque dijeron que lo pagabamos nosostros y también se apunta a que van a subir las bases de cotización y el 75% lo pagamos nosotros», ha advertido.
Por ello, además de reclamar al Gobierno sensibilidad empresarial, le ha pedido que «no culpabilice a las empresas de unas circunstancias que no están generando».
«Ese es el punto de partida necesaria para mejorar la situación y, a partir de eso, está claro que tenemos unas industrias muy relevantes en la economía española pero también en la economía vasca que son intensivas de una energía que está desorbitada en los precios y lo mismo que nos preocupan unos consumidores más desfavorecidos, tenemos unos sectores y unas empresas más desfavorecidas y, si queremos mantener en lo más posible la actividad empresarial, el tejido empresarial y el empleo, habrá que apoyar y habrá que escuchar», ha asegurado.
Ante el anuncio de empresas como Arcelor o Michelin de realizar algunas paradas, Arechaga ha manifestado que, si los precios de la energía «siguen subiendo al ritmo que están subiendo, está claro que los umbrales de la rentabilidad tienen un límite y la repercusiones parciales que se están haciendo al mercado también tienen su límite», por lo que no descartaría paradas de otras empresas, sobre todo, en sectores muy intensivos en energía tanto eléctrica como gas como cementeras, papel, acero o cogeneración.
Negociación colectiva
En relación a la negociación colectiva, Arechaga ha recordado que están sentados en las negociaciones de «múltiples» convenios y han firmado 11 en lo que va de año.
En la actualidad, están en 18 mesas de negociación y ha asegurado que, si las demandas son «razonables», «se pueden llegar a acuerdos» pero, si las pretensiones sindicales están «alejadas de una realidad económica y ponen en riesgo la viabilidad empresarial y también del empleo -que es como está pasando en los últimos dos meses- es difícil llegar a acuerdos».
«Yo creo que todo el mundo es consciente de que vivimos un momento extraordinario e hipotecar las empresas con estos niveles de inflación sinceramente es inviable porque primero no hay cuentas resultados que lo aguanten y luego que el mercado tampoco te lo paga. Al final hay que saber que los salarios los paga al cliente, no lo decide el empresario», ha agregado.
Por lo tanto, ha reclamado «racionalidad, sentido del acuerdo no de la confrontación» y aplicar unos incrementos similares a los que se han ido pactando en esos convenios a los que se han llegado a acuerdos.