El senador del Partido Popular Rafael Hernando ha advertido de que «se avecina un otoño caliente» en materia económica ante la actitud de un Gobierno «más preocupado por disfrutar las vacaciones que por resolver los problemas de los españoles», de modo que «para lo único que las interrumpen es para insultar a Feijóo y al PP».
«Nos aseguraron que la inflación no llegaría a superar los dos dígitos y lamentablemente para todos no ha sido así, provocando que los ciudadanos con las rentas medias y bajas estén cada vez más asfixiados», ha criticado tras exigir al Ejecutivo que deje de hacer «caso omiso al plan económico» de su partido ya que las medidas económicas propuestas por el presidente de su partido «son las únicas que pueden ayudar a salvar una situación que cada vez es más grave» y que ha hecho que los ciudadanos «sean hoy un 10,8 por ciento más pobres que hace unos meses».
Hernando ha señalado que las previsiones de cara a los próximos meses «no son nada halagüeñas» ya que el paro «va a crecer» y la economía «se va a ralentizar» por lo que lamenta que desde el Ejecutivo «no tomen medidas para ayudar a las familias y empresas y sus dirigentes prefieran seguir de vacaciones».
El senador del PP por Almería ha explicado que la situación de las familias «empeora mes tras mes» y «cada vez lo pasan peor» porque tienen que «destinar mayor parte de sus ingresos a la cesta de la compra o a la factura de la luz». Así, espera que el Gobierno «rectifique y deje de escudarse en la pandemia y en la guerra de Ucrania para explicar los malos indicadores económicos de España».
El dirigente popular ha insistido en que «es necesaria la deflactación del IRPF para que las familias tengan más recursos disponibles» y ha exigido además la rectificación del decreto de ahorro energético aprobado «sin diálogo» y «con el rechazo de los sectores implicados», así como que los 16.500 millones «extra» de recaudación obtenidos por el Gobierno «reviertan en los bolsillos de los ciudadanos».
Para Hernando, el Gobierno tiene que «dar ejemplo» y «poner en marcha una reducción drástica del gasto improductivo, así como que rediseñe los fondos europeos para que lleguen a la economía real y no se conviertan en un fracaso».