Comerciantes y hosteleros de Granada están ajustándose en las últimas horas a las medidas del decreto de ahorro energético que ha entrado en vigor este miércoles y que les supone limitar el aire acondicionado y apagar las luces de los escaparates en aquellos negocios que las dejaban encendidas tras cerrar por la noche. Sus representantes señalan que lo hacen para «acatar» la norma partiendo de la base de que las «medidas restrictivas no les gustan a nadie».
Según ha explicado a Europa Press la presidenta de la Federación Provincial de Comercio, María Castillo, la actual es una «situación complicada» en la que hay que «arrimar el hombro» porque «fuera de la ley» no se pueden quedar, y «un desastre no va a ser» la aplicación de la nueva normativa.
A sus asociados hasta el momento no les ha supuesto un problema la aplicación de estas medidas, en tanto la mayoría son pequeños empresarios de comercio de cercanía que apagan la iluminación de sus escaparates cuando cierran sus negocios alrededor de las 20,30 o las 21,00 horas. Hay quienes, como es su caso, la dejaban hasta las 23,00 horas, y que ahora decidirán si la programarán para su apagado a las 22,00 horas o la apagarán cuando se vayan.
La economía «no está para tirar cohetes» con lo que también lo toman como una oportunidad para ahorrar, ha agregado Castillo, quien, sobre el asunto del aire acondicionado, señala que los 25ºC a la que se pueden acoger negocios como aquellos con productos perecederos, como floristerías o tiendas de alimentación, es una temperatura en la que «se está cómodo». En invierno, con 19ºC como máximo, el cliente no se tendrá que «quitar el chaquetón».
En verano «lo que no es normal es que tú llegues a una entidad financiera y te quedes helado mientras esperas» o a «una gran superficie y te tengas que llevar una rebeca porque tengas frío», ha indicado Castillo, que ha añadido que «si tienen que estar con chaqueta los trabajadores que se pongan» una «finita» o «una manguita corta, que estamos en el siglo XXI y tampoco hay que estar encorbatado todo el día».
Tampoco cree que muchos de los comerciantes granadinos hayan de hacer reformas en el cierre de sus puertas, pues se recuperará la costumbre de cerrar cuando el cliente se marcha, si no lo ha hecho él, que en cierto modo se perdió con la llegada de la covid-19, cuya incidencia ahora es menor. Hay, en resumen, que «ser conscientes» de la situación actual, marcada por la guerra en Ucrania, más allá de lo que «vigilen» esta nueva normativa, lo que dependerá, ha apuntado, de cómo la gestione cada comunidad autónoma.
Los hosteleros acatan las medidas porque a todos «interesa ahorrar», también en materia energética, si bien advierten de que 25ºC, la temperatura a la que han ajustado sus aires acondicionados, es un valor «muy estrecho» en lugares como los bares donde camareros y usuarios «se mueven, con el calor», además de haber maquinaria en funcionamiento.
Así lo ha apuntado a Europa Press el presidente de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, Gregorio García, quien ha señalado que «no hay mayor problema» en el cumplimiento de estas medidas, tras las primeras horas desde que el decreto del Gobierno entrara en vigor, esta pasada medianoche, y partiendo de la base de que no ven con buenos ojos «todas las medidas que sean restrictivas», si bien las acatan por el ahorro energético.
Pese a que el decreto marca un mínimo de 27ºC en aires acondicionados, la normativa laboral de 1997 permite este ajuste hasta 25ºC, en la línea de lo que también precisó la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha explicado García.