El primer número solo tuvo cuatro páginas y de pequeño tamaño, apenas 30,7 por 23 centímetros, un formato que se mantuvo solo un mes porque el 2 de junio había aumentado a 47 por 31 centímetros.
No había fotografías, ni ilustraciones, que se introducirían a fin de año. Ni siquiera titulares, salvo unos escuetos ladillos. Era diseño cero, sin una jerarquización de noticias, aunque sí perfectamente estructurado en dos grandes apartados, la Sección Telegráfica, con noticias nacionales e internacionales, y la Crónica Local, con noticias de Palma y luego del resto de la isla de Mallorca.
No había diseñadores, ni maquetadores, pero sí tipógrafos y en el primer número y en todos los siguientes se observa que hay oficio. Hay un adecuado uso de los recursos de la época y una elegancia en la composición de las páginas, dividas en dos columnas de 20 centímetros que facilitaban la lectura.
La familia tipográfica era Palatino, cuerpo 13,5 para el Editorial y 10 para los otros textos. Era pura artesanía. Pura Galaxia Gutenberg en todo su esplendor. Los textos escritos a mano por los redactores y colaboradores eran entregados a los cajistas que componían los caracteres y las sucesivas líneas con los tipos metálicos. Todavía no habían llegado la linotipia, ni la rotativa. Pero era un diario vivo, que a lo largo de los años fue introduciendo las más modernas técnicas, hasta que en 1967 se convirtió en el primer diario ?offset? de España.
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