Explica Gemma Sempere, médico especialista en Radiología del Hospital Son Espases, que de toda la vida el tratamiento del cáncer ha tenido tres pilares fundamentales: la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Sin embargo, «existe un cuarto, que es el intervencionismo oncológico, un tipo de tratamiento en el cual intervienes el tumor con técnicas mínimamente invasivas. Se accede a los tumores a través de pequeños agujeros como puede ser un simple pinchazo en la piel y se actúa sobre ellos». Podría parecer ciencia ficción pero no sólo es una realidad, sino que está ampliamente implantada en la sanidad pública y privada de España.
Sobre este cuarto pilar, el del oncointervencionismo, están discutiendo y presentando nuevas técnicas más de un millar de especialistas de todo el mundo en el congreso europeo de Intervencionismo Oncológico ECIO 2024 que se celebra hasta este miércoles en el Palacio de Congresos.
¿De qué técnicas estamos hablando? «Trombótica, Inteligencia Artificial, crioblación, ablación por microondas, radiofrecuencias, o embolizaciones para tapar los vasos sanguíneos que llegan hasta los tumores», ejemplifica la experta, miembro del comité organizador local.
Y si bien todas estas terapias han sido durante años «la última opción para los candidatos», hoy en día han dejado de ser residuales y se han convertido en la primera opción para muchos casos.
En los pacientes oncológicos suele ser un comité multidisciplinar, con especialistas de cada ámbito que interviene en la enfermedad, los que deciden la mejor opción terapéutica para cada caso, tanto en secuenciación como en el orden que hay que seguir». La decisión es personalizada pues cada tumor «tiene una biología totalmente diferente». Lo importante, señala la experta, es «un buen diagnóstico, una buena tipificación y saber en qué estadio se encuentra, porque ayuda mucho a saber cómo abordarlo de la mejor forma posible».
Cabe aclarar que no todo el cáncer puede acceder a este intervencionismo, «conociendo su historia podemos indicar a los casos merecedores. Dicho esto, en esta terapia hay dos ramas: «La embolización, por la que se accede a un vaso sanguíneo a través del cateterismo para acercarse lo máximo al tumor y administrarle un tratamiento que puede ser la quimioterapia», describe la doctora Sempere, que añade que es una estrategia altamente aplicable, «se usa mucho».
La otra fórmula es acceder a los tumores a través de la piel, percutáneamente, guiados por las técnicas de imagen radiológica. Para hacerlo «usan agujas diseñadas específicamente para destruir o producir una ablación (como se dice en medicina) del tumor. Hay tres técnicas básicas, más novedosas, aunque con trayectoria: la radiofrecuencias, con microondas o frío», concluye.