Autores: Albert Orfila, Carlos Montes de Oca, Fernando Fernández, Miquel Alzamora, Carlos Róman, Tolo Jaume, Juan Pedro Martínez y Miguel Vidal.
El Alfonso XIII organizaba partidos amistosos con equipos de la Península para intentar convencer a la Federación Española de Fútbol de que reunía todos los requisitos para participar en el campeonato de España, pero los responsables federativos se negaban en redondo porque el terreno de juego del campo de Buenos Aires era de tierra.
En estos partidos amistosos contra equipos de primera línea vino a Palma el RCD Espanyol, siempre con Ricardo Zamora de figura, y la Real Sociedad de San Sebastián también con todas sus figuras como Marculeta, Mariscal y Bienzobas.
En la Península eran ya profesionales la mayoría de jugadores de los diez clubes que aquella temporada 1928-29 habían inaugurado la Primera División del fútbol español: Arenas de Getxo, Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid, Barcelona, RCD Espanyol, Europa, Racing, Real Madrid, Real Sociedad y Real Unión de Irún.
Primeras competiciones
El Alfonso XIII no fue incluido en la Segunda División, integrada por Betis, Celta, Deportivo Alavés, Deportivo de la Coruña, Iberia de Zaragoza, Oviedo, Racing de Madrid, Sporting de Gijón y Valencia. Esa temporada el Alfonso XIII ganó el campeonato de Baleares y accedió a jugar su merecida eliminatoria de Copa de España en la Península, como así establecía el absurdo reglamento de entonces.
Le correspondió la Gimnástica de Torrelavega, y en la ida, jugado el partido en tierras cántabras, perdió por 5-1 (gol de Pizà), y en la vuelta, en Barcelona, el Alfonso XIII volvió a perder por 2-1 (gol de Hernández).
La temporada 1929/30 se aseguró, por fin, la disputa de eliminatorias de Copa de España en las islas. Esta vez le tocó lidiar con el Espanyol de Barcelona. El estadio Buenos Aires se llenó el 6 de abril (1-7) y la vuelta se jugó en Sarrià el día 13 (6-1). Posteriormente inició una gira de dos partidos amistosos en Argel.
Cambio de nombre
En abril del 31, la junta directiva del Alfonso XIII decidió ante los acontecimientos políticos que se habían producido en la nación (exilio del Rey y advenimiento de la República) cambiar el nombre al club para pasar a ser Club Deportivo Mallorca. Con este nuevo nombre disputó ya la Copa de España de 1931 contra el Castellón.
Empezaba de esta forma una nueva era en la historia del Real Mallorca, que dejaba atrás el nombre fundacional para pasar a poner ya el de Mallorca en su denominación. Fue un momento clave en la dilatada historia del club balear.