Chicas de todas las edades, este invierno estamos de suerte. Las tendencias no solo llegan confortables, sino muy favorecedoras, y permiten combinaciones inimaginables. Vivir en Balears nos impedirá lucir ese jersey de punto gordo como el que tejía nuestra madre y abuela en décadas pasadas, pero, a cambio, podremos llenar el armario de cómodas y bonitas blusas, camisas masculinas o camisetas, adecuadas para combinar con faldas años cincuenta, pantalones de pinzas, palazzo, culotte, que son los cortes a la moda, o vaqueros, un comodín que no falla, como todas vosotras sabéis, y que este año vienen también en negro y gris.
Para protegernos del frío, que por aquí no llegará seguramente hasta enero, la moda ofrece cálidas chaquetas de paño, ligeramente más cortas que el tres cuartos, muy favorecedoras, o en tejidos más tecnológicos como el punto tipo neopreno, menos calentito, pero muy ligero. Si tienes que cambiar de abrigo, elige uno largo, porque la tendencia durará más de una temporada, y parece que la capa va encontrando su sitio a pesar de no resultar una prenda cómoda para el día a día.
Lo mejor se encuentra en los pies. Sí, no hace falta sufrir para ser una chica 'it': Plataformas, zapatos de cordones, deportivas, mocasines, en materiales como la piel lisa en color vino, hasta el tweed, el terciopelo o el brilli brilli, que permite llegar al exceso a las más folclóricas.
Se acabó pasar frío para lucir pierna, una de esas tontas dictaduras de la moda que nunca hay que seguir porque ‘vuelven’ las medias, que nunca se fueron si nos atenemos a la realidad, y es el momento de los calcetines, que en España tuvieron su máxima expresión en la postguerra, aunque entonces eran blancos, austeros y de algodón.
Ahora los encontrarás de todos los largos y colores, sofisticadísimos o de cachemir, suavecitos como un osito de peluche. Si llevas pantalones, procura que se vean como un complemento más del conjunto. Si quieres usarlos con falda no pienses que solo son para las más jóvenes.
Fiestas
Las cómodas sudaderas no pueden faltar en tu armario de día o de noche, porque son fáciles de combinar con algunos tejidos: denim, seda, gasas, construcciones vaporosas o muy caídas. Acertar requiere una cierta reflexión ante el espejo, así que piensátelo bien. Si lo consigues, triunfarás.
Las fiestas se presentan en sofisticados plata, oro, verde, rojo -que intentan desbancar al socorrido negro-, con lentejuelas, que nunca faltan en Navidad, y bordados. De las primeras es mejor no abusar. Mi recomendación: menos es más.