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Comer en la playa

Con el buen tiempo, las salidas de casa se hacen más habituales. Pasar el día en la playa o irse de picnic a la montaña o al parque suele ser muy habitual. Sin embargo, cuando nos planteamos una salida para todo el día se nos viene a la cabeza... ¿qué preparamos para comer?

No tenemos por qué renunciar a una comida sana cuando salimos a comer en la playa. | Ultima Hora

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Unos sándwiches o un bocata puede estar bien, sin embargo no tenemos por qué renunciar a una comida sana, sobre todo si estas salidas las hacemos con cierta frecuencia.

A la hora de preparar comidas para llevar y comer fuera de casa tenemos que tener en cuenta aspectos como que lo que preparemos sea fácil de comer al aire libre, si no necesitamos cubiertos mejor que mejor; que los podamos dejar preparados incluso el día anterior, para así cuando hagamos la salida solo nos dediquemos a disfrutar del día de relax; también tendremos que acertar en platos que gusten tanto a grandes como a pequeños, nos ahorraremos discusiones en un día donde la diversión debe ser lo primordial; y sobre todo, que no necesiten comerse calientes.

Uno de los clásicos para comer fuera de casa es la tortilla de patatas, seguramente el plato más tradicional de la comida española, que además reúne todos los requisitos necesarios para nuestra salida: fácil de preparar; se puede hacer el día anterior; no tiene porqué estar caliente; es muy fácil de comer sin cubiertos ya que, una vez hecha, se puede cortar en cuadrados a la hora de guardar en una fiambrera y poner algunos palillos, así la tomaremos a modo de pinchos. Hay a quien la tortilla le gusta más bien crudita, pero en los días de playa y con el calor como protagonista, vale más cuajar bien el huevo para no tener ningún susto.

Los bistecs empanados son otra opción para hacerse con anterioridad y comer fríos y sin cubiertos, basta tener las manos bien limpitas y disfrutar de la experiencia de comer con las manos de vez en cuando. De ternera o de cerdo, según nos guste más; una alternativa podrían ser los nugets o fingers de pollo, quizás algo más ligero para los niños. Nos podemos permitir ser originales para que sean más atractivos; a la hora de hacerlos podemos machacar quicos o palomitas y mezclarlos con el pan a la hora de empanar, ¡se chuparán los dedos! Haremos que más saludable este plato si, en lugar de freír las piezas, las horneamos.

En esta línea, una alternativa a la carne es usar pescados como cazón, mero, rape o merluza para rebozar; estará más rico si las adobamos y dejamos reposar unas horas antes de freír. Los boquerones fritos se pueden apuntar a nuestro día de picnic, si se rebozan con harina especial para freír pescado quedan más sabrosos, ya que es más gruesa y casi parece pan rallado. Es cierto que calientes están más buenos, pero fríos y con un chorrito de limón no están nada mal.

Las empanadillas de atún son ideales si entre nuestros comensales hay niños y jóvenes, ya que suelen gustar mucho; podemos comprarlas hechas o elaborarlas nosotros con obleas de empanadillas que venden hechas, en esta segunda opción tendremos la libertad de elegir el relleno a nuestro gusto, ya que admiten alimentos tan variados como el huevo duro, la carne picada, cualquier pescado desmigado o incluso gambas; el truco está en una buena base de tomate para que luego no queden secas, podemos aprovechar para introducir verdurita. Las croquetas, de cualquier tipo, podrían ser también una alternativa perfecta.

Podemos incorporar alguna sopa fría. La podemos elaborar, por ejemplo, de calabaza o calabacín, aunque también podemos usar ingredientes que le den un toque de glamour, como melón; bien fresquita (necesitaremos una nevera o un termo) y servida en un vaso sin necesidad de usar cucharas es un acompañante ideal. También podemos optar por una ensalada, en este caso triunfan las de pasta o arroz, aunque esta última quizás sea un poco más incómoda para comer ya que el ingrediente principal puede acabar repartido por las toallas.

Si queremos apostar los sándwiches, no tiene porqué ser solo el típico de jamón y queso, podemos preparar rellenos variados a nuestro gusto. Con base de tomate o mayonesa (preferiblemente hecha con leche para prevenir que se ponga mala con el calor), podemos añadir huevos cocidos, atún, aceitunas, maíz, pimientos asados,... Lo cortamos todo muy pequeñito y  hacemos una mezcla homogénea para poder untar las rebanadas de pan de molde. Una alternativa a los sándwiches pueden ser las quesadillas, que podemos rellenar con esta mezcla.

Y de postre... qué mejor que fruta fresca, seguro que recarga las pilas a más de uno; nos servirá tanto de postre como de merienda a media mañana o por la tarde; además, muchas de ellas tienen un alto contenido de agua, lo que nos ayudará a estar siempre hidratados frente al calor.

Consejos

Aunque muchos de estos alimentos no precisan frío para mantenerse, dado las altas temperaturas a las que los exponemos en la playa, es preferible llevar una nevera con placas de frío para evitar que se estropeen; se agradecerá si llevamos sopas frías o ensaladas. Estas últimas es preferible no aliñarlas hasta el momento de consumir, así se mantendrán más frescas.
Deberemos tener mucho cuidado con el huevo, y evitar alimentos que lo lleven si la nevera portátil no conserva una temperatura aproximada de 8 grados centígrados hasta el momento de consumirlos.

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