Las fiestas de Sant Jaume vivieron este lunes uno de sus momentos álgidos, la revetla, con las danzas de los Cossiers. Los bailarines realizaron el tradicional Quadrat por las calles de Algaida. Pero este año se notaban en el ambiente los sentimientos encontrados de varios de los danzantes.
Por una parte, el Dimoni, Miquel Ballester; la Dama, Joana Maria Llompart, y uno de los cossiers, Sebastià Verger, realizaron sus últimos pasos como danzantes. En el lado opuesto, con los nervios de los principiantes. Pau Fiol y Ramon Bibiloni salían a rotle por primera vez. Junto a ellos, como secundarios imprescindibles, completaron la formación Pep Pou, Xesc Barceló y Ricard Echevarria.
Centenares de personas se congregaron en la plaza de la localidad para ser partícipes de uno de los actos tradicionales e ineludibles del calendario veraniego mallorquín. Al ritmo de Les Bombes comparecieron los Cossiers. Después iniciaron sus distintos bailes: Mestre Joan, Els reis, Flor de Murta, Dansa Nova, Obriu-nos, Mergançó y finalmente la Titoieta, danza que sirve para derrotar al Dimoni.
Allí, los sentimientos vibraron en toda la plaza y es que no fue para menos, Miquel Ballester, el Dimoni, caía rendido, por última vez, a los pies de la Dama, Joana Maria Llompart. Una escena repetida decenas de veces a lo largo de los últimas décadas, pero nunca con la pasión, el sentimiento y las emociones de ayer.