Desde hace unos cuantos años, hablar de Finlandia se ha vuelto sinónimo de "calidad de educación". Una calidad que en gran parte tiene que ver con la alta exigencia que se pide a quienes aspiran a convertirse en maestros. Y es que es evidente que aquellos que estarán encargados de la formación de las nuevas generaciones han de poseer una profundidad intelectual y moral que esté a la altura de la misión que se les encomienda.
En esa perspectiva, se ha creado en el año 2014, a propuesta de los responsables del Programa de Millora i Innovació en la Formació de Mestres (MIF), una prueba de aptitud personal (PAP) para acceder a los estudios de Educación de todas las universidades públicas y privadas de Catalunya que tiene como finalidad mejorar el nivel de los alumnos que ingresan en la carrera docente.
Esta prueba busca examinar las competencias lingüísticas de catalán y castellano y el razonamiento crítico del aspirante, por lo que no se trata solo de un examen de ortografía, sino que se espera evaluar la capacidad de comprensión del significado intrínseco de los documentos escritos, así como también la capacidad de síntesis, de integración de la información y de expresión escrita de aquello sobre lo que se ha reflexionado. El futuro maestro ha de ser consciente de que no basta solo con adquirir conocimientos profundos, sino que además es esencial a la acción docente comunicar de manera adecuada aquello que se tiene conocido. Por ello la expresión oral y escrita, la riqueza de vocabulario, la claridad comunicativa del futuro maestro, son aspectos que exigen de un especial cuidado por parte de aquellos que están encargados de la formación de docentes.
Los alumnos que realizan la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) no requieren de una prueba adicional para ingresar a los estudios de Magisterio, sino que es la misma nota de lenguas obtenida en la PAU la que se toma en consideración. Son los alumnos que no realizan dicha prueba quienes deberán examinarse de la prueba específica de aptitud personal. Tanto para un caso como para el otro, se exige una nota media de 5 en las lenguas catalán y castellano, con un mínimo de 4 en cualquiera de ellas. Una vez aprobada tiene una validez indefinida.
El primer año que se realizó esta prueba los estudiantes que más sobradamente superaron el filtro lingüístico fueron los bachilleres (lo pasaron 1.120 de los 1.240 aspirantes, es decir un 90%) frente a los 240 aprobados que hubo entre los 601 estudiantes que habían cursado ciclos formativos de grado superior (un 40%). No obstante, este pasado año, la cifra de los suspendidos procedentes de ciclos ha sido aún peor: Casi la mitad de los 1.148 jóvenes que hicieron el test, lo han suspendido.
Esta realidad, junto con el hecho de que a partir del año 2017-2018 se examinará también la competencia lógico-matemática, ha movido a la Universitat Abat Oliba CEU a ofrecer unos cursos de formación orientados a preparar a los alumnos para las PAP, de tal manera que puedan enfrentarse a esta prueba con mayor seguridad, ya que, en definitiva, ella representa la primera puerta de entrada a los estudios de Educación Infantil y Primaria.
Mariano Bártoli. Director de Estudios de Educación Infantil y Educación Primaria. Universitat Abat Oliba CEU