Un nuevo modelo de movilidad sostenible, en el marco de una transición energética global que se fija un horizonte de emisiones cero en 2050, es el reto que, desde la legislatura pasada, se ha marcado el Govern de les Illes Balears y que implica el despliegue de un plan de acción que ya se está materializando y que ha situado a las Baleares como referente entre las regiones más avanzadas en la lucha contra el cambio climático.
El 35 % de las emisiones de CO2 en las Baleares proviene del tráfico rodado. Por lo tanto, actuar en la movilidad es clave para mitigar los efectos del cambio climático.
La Llei de Canvi Climàtic i Transició Energètica de les Illles Balears, aprobada en la pasada legislatura (agosto de 2018), alcanzó impacto internacional por sus innovadoras medidas, entre otras, en materia de movilidad. Las Baleares, con la aprobación de dicha ley, se han dotado del marco normativo que establece la hoja de ruta de la transición hacia un modelo de sostenibilidad, en el que la movilidad es un aspecto esencial. Paralelamente, el Pla Director de Mobilitat de las Baleares-que está desplegando el Govern de les Illes Balears- determina cómo debe ser el cambio hacia esa movilidad sostenible: más y mejor transporte público, con ampliación de la actual red; medidas de disuasión del uso de vehículos privados y el fomento de los modos de movilidad no contaminantes, como traslados a pie, en bicicleta y la apuesta por los vehículos eléctricos o no contaminantes cuando esa sea la opción.
Las Baleares avanzan hacia ese nuevo modelo de movilidad sostenible. La Llei de Canvi Climàtic fija el objetivo de disponer de 1.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos en 2025 y tener el 100 % del parque móvil descarbonizado en 2050.
Estos objetivos implican una serie de pasos, como, por ejemplo, prohibición de la circulación de coches y motos diesel a partir 2025 (excepto los ya existentes en las Baleares, que podrán seguir circulando) y de la circulación de coches, motos, furgones y furgonetas contaminantes (incluye gasolina) a partir de 2035 (excepto los ya existentes). Este calendario sigue en pie, aunque está ligado a la aprobación de la futura ley de cambio climático estatal, que va en la misma dirección, y que habilitará al Govern a hacer efectivas esas limitaciones.
Movilidad
Hoy, los primeros cambios que permiten avanzar hacia ese nuevo modelo de movilidad son ya un hecho. En transporte público, se ha completado la electrificación de toda la red ferroviaria de Mallorca y la ampliación de la red proyectada en el Pla Director de Mobilidad ya da sus primeros pasos con proyectos tan destacados como un tranvía al aeropuerto y al Hospital de Son Espases (ver gráfico), la ampliación del metro al Parc Bit o el tren de Llevant. Igualmente, en transporte por carretera, el próximo mes de enero Mallorca experimenta un cambio sin precedentes con la puesta en marcha del nuevo servicio de autobús interurbano: una flota de 223 buses totalmente renovada, con el 97% de los vehículos de gas natural y eléctricos.
Del mismo modo, se va consolidando también la infraestructura de puntos de recarga para vehículos eléctricos con el objetivo de incentivar la renovación progresiva del parque automovilístico privado.
En este momento, integrados en la red pública MELIB (Mobilitat Elèctrica a les Illes Balears), están contabilizados un total de 400 puntos de recarga para vehículos eléctricos. Mediante una aplicación, el usuario puede acceder a un mapa interactivo -en el que se incluye la ubicación de todos los puntos de recarga y su estado en tiempo real- y habilitar la recarga.
Intermobilidad
La tarjeta TIB, la que permite acceder ahora al tren, metro y buses interubanos y que en un futuro muy próximo podrá usarse también en los buses de la EMT, sirve también como llave para la recarga.
Y es que el nuevo modelo de movilidad tiene otro pilar básico: la intermodalidad. Así, se favorece, por ejemplo, que los ciudadanos dejen su vehículo en la estación de tren y se desplacen hasta el centro en transporte público para mitigar la presión circulatoria en el centro de los núcleos urbanos. Ese objetivo es aún más ambicioso, que las estaciones dispongan de puntos de recarga para vehículos eléctricos, como ya tienen algunas, como por ejemplo, la de Son Sardina.
Sostenibidad e intermodalidad para favorecer el uso del transporte público o modos de transporte no contaminantes.
Esas son las características del nuevo modelo que exige la lucha contra el cambio climático y que en las Baleares ya va tomando forma