El ‘sí, quiero’ reúne a seres queridos que han acompañado a la pareja, dándoles un papel especial en este día único. Por ello, encontrar el look perfecto para la madrina, la madre de la novia, amigas cercanas y damas de honor es crucial y emocionante.
De cara a las bodas de invierno y primavera de 2025, las tendencias de moda nupcial combinan clásicos atemporales con propuestas innovadoras: telas satinadas, escotes Bardot y una paleta que va desde vibrantes rojos a delicados pasteles. Además, los diseños inspirados en los años 50, con su glamour característico, ganan terreno.
Bodas en invierno
El invierno, con su encanto único y atractivo estético, se convierte en una elección cada vez más popular. Es en este periodo gélido cuando el color rojo adquiere un protagonismo sin igual, ya sea manifestándose en deslumbrantes vestidos largos o en diseños con escotes especialmente diseñados. Aunque su presencia es innegablemente llamativa, el rojo logra mantener una elegancia que perdura a través del tiempo.
Por otro lado, los vestidos en tonalidades tierra han ganado un protagonismo significativo en el panorama de las bodas y eventos especiales. Estos colores, que abarcan desde suaves beige y arenas hasta profundos marrones y terracotas, ofrecen una alternativa elegante y sofisticada a los tonos más tradicionales. Los tonos tierra están marcando tendencia en vestidos para madrinas y damas de honor, y en los complementos, creando una paleta visual armónica y atemporal que realza la elegancia discreta y refinada de esta nueva era en la moda nupcial.
Bodas en primavera
Con la esperada llegada de la primavera, se anticipa un vibrante cambio en la paleta de colores que marcará la pauta en el mundo nupcial. Los tonos sorbete, llenos de alegría, se adueñarán de diseños que despliegan volúmenes, escotes y lazos. En este renovado escenario cromático, el azul bebé aparece como un encanto irresistible para quienes buscan un look impregnado de romanticismo, mientras que el malva se incorpora en vestidos de madrina destinados tanto a celebraciones civiles como religiosas, aportando un toque sutil de contraste. La opción del naranja, ya sea en una paleta lisa o estampada, se presenta como una elección vibrante y llena de energía.
Si hay un patrón que se repite entre las invitadas que cosechan éxitos en las redes sociales es la predilección por el vestido largo. Este diseño, que puede extenderse hasta el suelo o detenerse a la altura del tobillo, suele exhibir una paleta monocromática que se perfila como una tendencia sólida para el año 2025. Entre las tonalidades más codiciadas, se destacan los neutros y pasteles, así como la paleta de colores más oscura y sofisticada, abarcando desde el burdeos hasta el verde botella, pasando por el azul marino. Este juego de colores y estilos promete enriquecer aún más la diversidad y la elegancia en el fascinante universo de la moda nupcial.