El 2 de mayo de 2007 Palma vivió un acontecimiento deportivo inédito. El suizo Roger Federer y el manacorí Rafael Nadal, que ocupan los puestos 1 y 2 respectivamente de la clasificación ATP, se enfrentaron en una pista de tenis mitad tierra batida, mitad hierba natural.
El escenario fue el Palma Arena, que dio lugar a uno de los casos judiciales más extensos, y que ahora tiene el nombre mucho más aséptico de Velòdrom de les Illes Balears. El promotor de la idea fue Jaume Matas y su director general d'Esports, José Luis ‘Pepote' Ballester, se ocupó de llevarla a buen puerto con los consejos técnicos del extenista Alberto Tous.
El evento recibió muchas críticas y Matas fue acusado de despilfarrar dinero público. El presupuesto fue de 1,2 millones de euros y si lo que se buscaba era repercusión mundial lo cierto es que resultó todo un éxito a pesar de las dificultades. La mayor de ellas tuvo como protagonista a la hierba natural, que no terminaba de asentarse en la pista y en la madrugada anterior al choque se tuvo que cortar parte del green de prácticas del campo de Maioris, que sirvió como césped para la pista. En 2007 Nadal ya era considerado el ‘rey de la tierra' y federer comenzaba a hacer de Wimbledon su ‘jardín particular'. La idea era enfrentar a ambos jugadores en sus superficies favorttas. Pocos o nadie se acordarán del resultado. Ganó Nadal en el tie break del tercet set.