Superada la derrota en la final del US Open, Rafael Nadal abre una nueva etapa, la final dentro del cargado calendario de un 2011 en el que sólo Djokovic ha podido detener al número dos. El tenista mallorquín ha trabajado duro para llegar fino al último tramo del curso, con el joven Arnau Brugues como sparring en sus entrenamientos de Manacor.
Como aperitivo, Nadal se mide en un partido de exhibición a David Ferrer, que se disputará en la Universidad Deportiva Nacional de Taiwán. La siguiente escala le llevará la próxima semana al retorno del circuito ATP a su agenda. El torneo de Tokio marca el arranque de la defensa de 1.590 puntos y dos retos como colofón: la Copa Masters de Londres y la final de la Davis.
En la capital nipona pone en juego los 500 puntos que le otorga la defensa del título, mientras que en Shanghái apenas defiende los octavos de final (90 puntos). Su baja el pasado año en el último Masters 1.000 del año, el de París, le permite sumar en todo caso, antes de regresar a Londres para saldar la cuenta pendiente de la Copa Masters, o conservar los mil puntos de la final de 2010. Y sino, siempre queda la Copa Davis, el colofón perfecto.