¿Dominik Greif o Leo Román? Aunque el Mallorca ha presumido durante toda la temporada de porteros, cada vez resulta más evidente que a partir de este verano en la plantilla solo puede quedar uno. Los dos han rendido a un nivel muy alto cuando les ha elegido Jagoba Arrasate para ponerse bajo el larguero y su rendimiento sobre el tapete no ha pasado desapercibido para nadie. El problema es que también han captado la atención de los focos con sus palabras y reivindicaciones siempre que han podido hacerlo fuera del campo. Ninguno de los dos está satisfecho con su situación en el club.
Greif y Román han obligado al director de Fútbol del Mallorca, Pablo Ortells, a meter otro par de folios en la carpeta de asuntos pendientes para este verano. Entre otras cosas, porque ahora mismo no hay sitio para los dos bajo el mismo techo del vestuario. La situación, que se podría haber suavizado con la entrada en Europa, se ha ido tensando con el paso de las semanas y lo más lógico es que uno de los dos acabe saliendo traspasado. Hay un detalle que complica todo un poco más: los dos acaban contrato en junio de 2026.
Arrasate se ha inclinado con sus decisiones hacia Greif, que con la carretera despejada tras la marcha de Predrag Rajkovic al fútbol árabe ha sido titular en 31 de las 38 jornadas del campeonato y en la Supercopa de España. De hecho, el técnico lo mantuvo como titular en la última jornada contra el Rayo y con la décima posición ya garantizada, un voto de confianza que el internacional eslovaco aprovechó para firmar una de sus mayores exhibiciones del curso.
Leo Román ha sido titular de lunes a viernes. El ibicenco ha jugado siempre los partidos intersemanales del equipos, entre los que se incluye aquella terrible eliminatoria Copa del Rey de principios de enero en Pontevedra que marcó el cambio de tendencia de la temporada. Curiosamente, le tocó jugar en los campos del Barça y el Madrid, donde acaparó la tención de todos los flashes con sus paradas. Ha jugado mucho menos que Greif pero lo ha hecho en los mejores escaparates de Liga. Y eso, único al malestar que hizo público a la salida del Lluís Companys, ha provocado que le aparezcan novias en todos los rincones del mapa. «No estoy recibiendo las oportunidades suficientes. Se puede ver que mi situación igual no es la que tocaba, no por mi compañero, sino por la gestión del club», decía.
La fórmula empleada por Arrasate con sus porteros —esta temporada, con la prematura eliminación de la Copa ni siquiera ha llegado a participar el Pichu Cuéllar— no ha convencido a ninguno de los dos implicados. Greif se confesaba hace unos días en su país y remarcaba que las rotaciones del entrenador, que para él han sido mínimas, no ayudaban a su «estabilidad mental». A la vez, dejaba claro que le habría gustado jugar los partidos de Barcelona y Madrid y no ocultaba que las buenas actuaciones de su compañero le generaban «inseguridad». Por si fuera poco, desvelaba que las conversaciones para una posible renovación estaban muy lejos de cristalizar. A Ortells se le amontona el trabajo a las puertas del despacho.
Leo Roman, qué grandes recuerdos de los 5 que se comió en son gato contra mi Barça.