La plantilla del Real Mallorca ha retomado este martes los entrenamientos aún con las marcas en el cuerpo de la derrota sufrida el pasado fin de semana contra el Celta. El equipo de Jagoba Arrasate regresaba a los campos de de Son Bibiloni sin los lesionados Vedat Muriqi, Manu Morlanes y Takuma Asano, además de Robert Navarro, y sin Johan Mojica. El lateral colombiano se quedaba en el interior de las instalaciones y se ausentaba de la sesión en el césped junto al resto de sus compañeros por un tema de control de cargas.
Además de recuperar físicamente a los futbolistas y volver a llenar el depósito de cara al encuentro de este sábado en Anoeta (sábado, 14.00 horas), Jagoba Arrasate deberá restaurar el ánimo de un grupo que acabó muy tocado la jornada anterior. Caer frente a un rival directo y de la manera que se hizo dañó la autoestima de un equipo al que parecen haberle entrado las dudas cuando mejor posicionado estaba para volver a pelear por Europa. Las dos últimas derrotas han restado mucho peso a su candidatura.
«Estamos decepcionados, pero hay que coger poso, entrenar y hablar y, a partir del martes, preparar el partido de San Sebastián. Ahora no vemos la luz, pero durante la semana, con humildad trabajo e ilusión, somos capaces de hacer un buen partido en ese campo», decía el técnico del Mallorca poco después de acabar el encuentro ante el Celta. El de Berriatua tiene cuatro días por delante para trabajar en esa misma dirección y levantar la moral del equipo de cara a un partido que podría ser definitivo.
La otra misión de Arrasate durante la semana será buscar alternativas a las ausencias, que son muchas y sensibles. En ese sentido la mejor noticia es que recupera a dos futbolistas de peso que no pudieron estar frente al Celta: Antonio Raíllo y Samu Costa. El regreso del capitán no ayudará a amortiguar las bajas que deja la jornada anterior, pero sí le dará personalidad a un grupo que últimamente está falto de liderazgo. En cuanto al jugador portugués, sí mejorará un poco el paisaje del centro del campo, aunque su temporada tampoco está siendo para enmarcar. Sea como sea, si el Mallorca quiere seguir mirando hacia arriba necesita a una segunda unidad que anda desaparecida y ahora se encuentra con la obligación de dar un paso adelante.