El Real Mallorca tiene pánico a Europa. El equipo rojillo exteriorizó ayer el vértigo de tener que ganar para dar un salto de calidad y terminó perdiendo ante el Celta (1-2) en una segunda parte terrible, donde desapareció del mapa y terminó entregando el partido al rival. El gol inicial de Valjent en el primer tiempo fue neutralizado por Alfon y Fer López en el segundo, pero lo que es peor incluso que la remontada, el Celta desarboló a un Mallorca pobre, sin recursos y asfixiado.
Sin embargo en el primer tiempo el equipo rojillo entró al partido con el espírítu alto y la motivación extra que le daba jugar por Europa. Sin complejos y con intenciones claras de ocupar el espacio rival, los hombres de Arrasate intercambiaron los primeros golpes con el deseo claro de mantener lo más alejado posible a Iago Aspas, Pablo Durán y Alfon de la meta de Greif. Para ello, el Mallorca atrapó el balón de principio y trató de que el guion de partido se desarrollara en la zona ancha. No inquietaba con excesiva claridad a Guaita, pero lo cierto es que cuando tienes la pelota tampoco sufres y eso era prioritario en un equipo como el Celta que buscaba trabajar mucho el partido en la sala de máquinas y aprovechar la chispa de sus bandas. No se lo permitió el once rojillo que con Maffeo y Mojica en los costados llevaron a cabo un buen trabajo de contención mientras que Sergi y Dani pasaban a mantene ocupados a Carreria y Mingueza.
El técnico desarboló al rival con Asano de media punta y el de Betanzos más a la derecha lo que permitió que las ayudas en el trabajo de retaguardia fueran más constantes. Estaba cómodo el equipo rojillo, pero faltaba dar un primer aviso y éste llegó a los siete minutos con un centro de Maffeo al corazón del área. Muriqi saltó, pero su intención de remate se perdió entre los empujones de Javi Rodríguez y Starfelt que imposibilitaron un remate claro del kosovar. Con el paso de los minutos, el papel del internacional fue a menos porque una lesión aparentemente muscular le fue preocupando más que el partido hasta que superada la media hora de partido tuvo que ser sustituido.
Hasta ese momento no sucedieron muchas cosas, pero en ocasiones los partidos pueden resolverse en una acción asilada tal y como sucedió en el minuto 17 de partido.
Con el peso del encuentro y el balón en su poder, Dani Rodríguez provoca una falta clara por agarrón de Mingueza. El balón quedó situado en esa zona que tanto le gusta a Darder, escorado a la derecha y con recorrido para que la pelota pueda volar hacia esa zona de nadie, donde la defensa duda y el portero no sale. Un espacio letal donde el de Artà no suele fallar en su tratado de intenciones. Y no falló. El mallorquín dirigió su mirada hacia el punto de penalti y a media que avanzaba en su carrera hacia el esférico, Martin Valjent fue abriéndose metros entre la defensa para ganar posición y rematar de cabeza en un testarazo inapelable. Era el segundo del central esta temporada. El dirigido centro de Sergi terminó con final feliz.
A partir de ahí el partido entró muy pronto en una fase de idas y venidas, de faltas e interrupciones. El Mallorca tiró de oficio y el Celta se perdió entre sus propias dudas. Muriqi abandonó lesionado el terreno de juego a los 37 minutos y en su lugar entró Larin. Mientras tanto, Grefi era un espectador de excepción y con el resultado de uno a cero se llegó al final del primer tiempo.
Tras el descanso, nada más arrancar, Larin hizo de Larin y desaprovechó una ocasión clara de gol tras una gran acción conjunta de Mojica y Asano. Y como suele ocurrir en este tipo de situaciones, cuando tú perdonas el rival no suele hacerlo. El Mallorca perdió el equilibrio y la posición en el centro del campo y el Celta lo aprovechó.
A los 53 minutos una jugada combinada finaliza con la pelota en banda izquierda donde Alfon busca y busca hueco hasta que en la corona de área lanza un zapatazo enorme que sorprende a Greif de tiro raso y muy bien colocado. Uno a uno y problemas. El vértigo aparecía en Son Moix y el Mallorca estaba completamente partido y más tras la lesión de Morlanes.
Otra mala noticia. Y a partir de ahí las luces se apagaron y el Mallorca desapareció del campo. Nada de nada. Y el Celta se aprovechó de que jugaba contra un fantasma para marcar el segundo a los 72 minutos. Era cuestión de lógica y de tiempo. El Mallorca no está para aventuras europeas. Lo mejor es que ya tiene 40 puntos.
La segunda parte ha sido para olvidar y de lo peorcito esta temporada. Está comprobado que cuando jugadores como Raillo, Muriqi, Morlanes o Samu no están sobre el campo o en su mejor momento, el equipo baja muchísimos enteros. A terminar de cerrar esta temporada de la manera más tranquila posible y si se quiere aspirar a algo más el próximo curso, toca confeccionar una plantilla con algo más de calidad y mejorar la actitud y presión en algunas fases de los partidos.