El Mallorca se desinfla en el momento más delicado del curso. Cuando tenía la puerta de Europa abierta de par en par, el conjunto de Jagoba Arrasate se ha desconectado con dos funciones, en Mestalla y en casa ante el Celta, que le han apartado del camino. Después de un primer tiempo aseado, que Valjent aprovechó para acercar el sueño continental, el Celta tomó los mandos para bailar a su antojo en un segundo acto de color celeste. Los de Giráldez demostraron que sí quieren ir a Europa ante un rival que se desconectó de forma alarmante tras el gol de Alfon.
Jagoba mira al banquillo y se desespera. Muriqi se lesionó a la media hora y su cambio (Larin) ni está ni se le espera. Asano tiene gasolina para una hora y su sustituto (Valery) está a años luz. Morlanes se resintió y su recambio (Antonio Sánchez) no aportó nada... Giráldez, por su parte, metió a un imberbe de 19 años (Fer López) por Aspas y marcó la diferencia. Ahí estuvo la clave del partido. Ahí aparecieron las costuras de un once cogido con alfileres.
La presencia de Andy Kohlberg en el palco tampoco sirvió para levantar el ánimo de un Mallorca que vio cómo por primera vez le remontaban un partido. Lo preocupante no es solo la derrota, sino la imagen de equipo descosido, roto y sin energía que se vio en Son Moix. El sábado visita el Reale Arena en otra oportunidad para alargar el sueño o enterrarlo de forma casi definitiva...