La Navidad de este año le ha regalado al Mallorca al mejor Cyle Christopher Larin. El delantero canadiense, que ha resuelto con tres de sus goles las dos últimas jornadas de 2024 para el conjunto balear, parece haber encontrado su sitio en un vestuario que siempre ha creído en él. Con un juego no siempre agradecido, ha ayudado a crecer a los compañeros que tiene alrededor, ha vuelto a esa puntería con la que sorprendió a la Liga y ha llenado los huecos que ha ido dejando Muriqi. Aunque lo más importante de todo es que ha recuperado una sonrisa que en toda la temporada anterior apenas mostró en un par de ocasiones.
En un curso en el que no sobran los goles (en toda la primera vuelta el equipo solo ha marcado 19, uno por partido de media), el Mallorca tiene por primera vez en Larin a su referente ofensivo. El de Brampton, que con su explosión de los últimos siete días ya suma cinco tantos anotados, no llega de momento a las cifras que cuajó en Valladolid, pero al menos ya ha inscrito su nombre en el Top-20 de artilleros de LaLiga y se mueve en los mismos números que grandes estrellas como Lamine Yamal (el barcelonista también promedia 0,31 goles por encuentro) o el colchonero Julián Álvarez, que lleva otro repóquer de dianas con dos partidos más en las piernas.
Seguro que lo que más valora Jagoba Arrasate de este nuevo Larin al que él también ha redirigido, primero haciéndole espacio a un costado y luego enfocándolo en el rol de nueve, es el valor de sus goles. Los tres partidos en los que el canadiense ha marcado (Valladolid, Girona y Getafe) han acabado con una victoria del Mallorca. Mejor imposible para el dorsal número 17 del conjunto bermellón, que cierra el 2024 como el máximo goleador de la plantilla gracias a la decena de tantos que acumula entre enero y diciembre. Unos registros que intentará abrillantar cuando regrese de su país, donde disfrutará de su mejor Navidad desde que pisó Son Moix, para afrontar un 2025 que empezará en pendiente.