El Real Mallorca quiere poner este sábado el punto y seguido a la temporada en Son Moix con una victoria ante el Girona (16:15 horas, Movistar TV) que le permita recomponer la figura y recuperar a su vez su mejor versión después de dos derrotas consecutivas. Partidos que perdió frente al Barcelona y al Celta de Vigo, marcadores adversos que le hicieron perder terreno en la clasificación, aunque los 24 puntos que acumula son un botín perfecto para asistir con calma a este final de año. Pero se hace necesario volver a ganar porque la carrera por la permanencia se ve interrumpida por emociones fuertes como la Copa del Rey y sobre todo la Supercopa de España en Yemen y esos siempre suele desviar la atención de lo verdaderamente importante que es mantener la categoría una temporada más. Por esto el encuentro de esta tarde frente al Girona está revestido de una importancia capital. Porque ganar te sitúa ya con 27 y quién sabe si otra victoria en Getafe permite llegar a un redondeo perfecto, el de 30 puntos.
Eso sería ya más de media permanencia en el bolsillo y entonces sí que ir a jugar la primera eliminatoria de Copa y después el choque en Arabia sería ya una fiesta en todos los sentidos.
Otro detalle a tener en consideración es la cantidad de días que el Mallorca estará en jugar otra vez en Palma. El próximo partido en Ciutat tras la visita del Girona será el 26 de enero ante el Betis, es decir, dependiendo de dónde fije LaLiga el partido ante el conjunto verdiblanco serán más de 40 días sin que los aficionados puedan ver a su equipo en Camí dels Reis. Por eso este sábado hay que darlo todo, acudir al estadio y arropar al equipo de principio a fin porque los puntos en juego son fundamentales de cara al futuro en el campeonato doméstico y también para afrontar el resto de compromisos con los deberes hechos.
Arrastate tiene bajas importantes para el encuentro frente al once de Míchel. La más notable es la de Raíllo, expulsado en Balaídos y ausente por lo tanto este fin de semana. Otra baja especialmente importante es la de Samu Costa cuya lesión muscular hace que cierre el año de forma precipitada a la espera de cómo podrá empezar enero y en qué condiciones.
La última de las bajas de nuevo cuño es la de Valery debido a la cláusula de cesión. A partir de ahí el técnico debe recomponer el esquema del equipo, dotarlo de nuevo de la naturalidad que perdió en Balaídos y hacer creíble su juego, bueno, malo o regular, pero efectivo como ha sido casi siempre toda la temporada. Copete y Valjent en el centro, escoltados por Mojica y Maffeo se perfilan en la zaga, mientras que en la zona ancha Mascarell y Darder parecen fijos con Morlanes, Dani y Robert Navarro con Muriqi más adelantado parecen opciones razonables. Sin olvidar la opción de Larin.
Sea quien sea que juegue lo cierto es que el Mallorca tiene la necesidad de recuperar la fiabilidad en su juego y tener mucha más llegada que la que tuvo en Vigo. Es cierto que en el primer tiempo disfrutó de oportunidades incluso para poder avanzarse en el marcador, pero en la segunda sencillamente desapareció, rompió la dinámica de aterrizar en el área rival y eso siempre dinamiza el juego rival.
El equipo en estos momentos no tienen ninguna urgencia y con la puntuación que llega tiene la posibilidad de jugar con confianza en los partidos, demostrar que jugando al fútbol pocos equipos de esa liga media son superiores y con un juego reconocible, este equipo es muy difícil de batir. Pero siempre desde la confianza y la capacidad de generar fútbol. Eso requiere que futbolistas de primer nivel como Morlanes o Sergi vuelvan a tener protagonismo en la zona de creación y que Muriqi regrese al área con esa necesidad de exigir a las defensas. La gran idea es hacer más minutos las cosas bien, prolongar la regularidad y sobre todo las llegadas. Ganar hoy será un nuevo gran paso.