Con ambición, hambre y personalidad. Eso quería ver Jagoba Arrasate ante el Real Valladolid y de esta manera consiguió la tercera victoria consecutiva del Real Mallorca en el José Zorrilla. Cyle Larin, parando el tiempo y Valery sentenciando al conjunto pucelano catapultaron a los de técnico de Berriatua a los cielos de La Liga EA Sports y presentando su candidatura a ser el equipo revelación de esta temporada.
La primera bala de fogueo la lanzó el Mallorca. Robert Navarro sacó su varita a relucir. Mostró sus trucos para poner en aviso al Real Valladolid. Tan rápido fue que dejó a Larin solo ante Hein, la mandó al palo y el linier señaló fuera de juego. Acción invalidada, pero que avisaba a los de Pezzolano. El susto no cambió el plan del uruguayo. Bloque bajo, esperando en su campo al Mallorca y salir rápido por la banda en la que Raúl Moro corría sin la oposición de Mojica, ni Darder, desubicados en este flanco izquierdo.
Antes de llegar a los 10 minutos, el cafetero servía uno de sus centros marca de la casa, para que, de nuevo Larin rematase lejos del arco. Hasta aquí llegó el intenso inicio de los bermellones y el dominio se teñía de blanquivioleta. A los 19 minutos, Juan Miguel Latasa aprovechaba una dejada de Moro para hacer temblar la portería de un Leo Román que tan solo podía rezar en que la acción acabase lejos de sus mallas. Deseo concedido.
Los de Jagoba reaccionaron. Una acción liderada por Robert Navarro acabó con un zurdazo de un omnipresente Samú Costa, que Hein mandó a córner. Volvía a apretar el Mallorca, que inmerso en el frío de Pucela necesitaba caldear el ambiente en un José Zorrilla tenso en cada ataque isleño. Con el ecuador del primer acto rebasado, Darwin Machís sacó su portentosa pierna izquierda para volver a asustar a Leo Román. Al descanso se fueron ambos equipos con balas de fogueo gastadas y sin pólvora.
Al volver, el Mallorca volvió a abrir fuego rápido. Larin se adelantó a David Torres para rematar un centro de Maffeo, que transitó por la banda derecha sin oposición. Sin embargo, como en algunas de las acciones, el canadiense no estuvo acertado. Fue un aviso previo a la excelencia disfrazada de gol. El ariete del Mallorca se desmarcó entre centrales, Dani Rodríguez levantó la cabeza y con una clase tremebunda, elevó el balón encima de la defensa pucelana para que Cyle Larin parase el tiempo con un control majestuoso, despistase a Hein para marcar a placer.
La alegría isleña dejó helado al Valladolid, que vio como la sensación ambiental que se vive en los asientos de su estadio se trasladó hacia el terreno de juego. El Pucela lo intentaba. La desesperación de la necesidad y el hambre de poder sumar para salir del descenso, no ayudó a reaccionar con efectividad. En una de las acciones del Valladolid, Raúl Moro se dirigía sólo ante Leo Román, pero Pablo Maffeo sacó su mejor versión para lanzarse al suelo como si no hubiera un mañana para evitar que el extremo pucelano igualase el encuentro.
El momento de tensión salvado por el lateral catalán despertó al Mallorca de la comodidad que se impuso en sus futbolistas. Acto seguido, a la salida de un córner, Copete se tiró al suelo para intentar batir de cabeza a Hein, pero el guardameta estonio sacó a relucir su mejor repertorio. Tras esta ocasión y con un serial de cambios, Jagoba Arrasate mandaba el partido a la lona para amasar una victoria que coloca al equipo a los cielos de La Liga. Los recambios funcionaron y en una jugada aislada, en la que Lucas Rosa se durmió en sus rosales para que Valery, atentísimo, le robase la cartera al defensor para colocarse ante Hein, mirarle a los ojos y dispararle donde más duele. Al fondo de las mallas para celebrar la tercera consecutiva en Primera y dormir, en puestos de Champions League. El Valladolid, maquilló el resultado final con un golazo de Iván Sánchez, que de una belleza sublime no sirvió para restarle ningún punto a un Mallorca hambriento.