Creo en este Mallorca de Jagoba Arrasate. Y eso que ayer el equipo solo pudo empatar (0-0) ante el Sevilla en Son Moix en un partido discreto que pudo ganar. Y perder. Creo en un técnico valiente, que apuesta por el buen juego, que ama el esférico…. Creo en el sistema de juego del entrenador, aunque los jugadores aún no lo tienen asimilado. Y creo en un hombre que en la tercera jornada hizo debutar al joven Marc Domènech. El Mallorca suma así un punto más, pero continúa sin ganar. Y el sábado visita Leganés en un duelo en el que más vale sumar de tres para no caer en el desánimo y que alguno se ponga más nervioso. Ayer, se pudieron escuchar los primeros silbidos en Son Moix. Sobraron. En todo caso, Arrasate también se equivoca. Y tiene sus manías y sus rarezas. Pero yo creo, tal y como dice la canción de C. Tangana y Nathy Peluso.
De inicio, Arrasate introdujo cuatro cambios en el once titular dando entrada a Leo Román, que completó un gran partido, Morlanes, Antonio Sánchez y Larín. El partido fue tan insulso como aburrido en los primeros compases, pero el Sevilla no tardó en acercarse con peligro. Los andaluces iniciaron el segundo tiempo mejor que el Mallorca, pero el equipo de Arrasate no tardó demasiado en hacerse con el control. El técnico recuperó a Asano, Dani Rodríguez y Mascarell y el equipo dispuso de algunas claras oportunidades. El Mallorca hacía ya méritos para ganar, pero el empate inicial era ya una condena a perpetuidad. Prats tuvo sus minutos y debutó el joven Marc Domènech, que dispuso de una clamorosa oportunidad. El Sevilla jugó con diez los últimos minutos tras la expulsión de Saúl, pero el marcador ya no se movió.
Ah, por cierto, Leo Román lucía publicidad de Ibiza en su pantalón. No podía ser de otra manera.