La marea roja acabo siendo un auténtico tsunami. Sevilla fue testigo del mayor éxodo mallorquín de la historia y más de 20.000 personas tomaron sus calles en las horas previas al último partido del siglo. A pesar de la complejidad del desplazamiento, el trabajo del club y los distintos agentes han hecho posible la salida de millares de aficionados, entre ellos, numerosos rostros conocidos.
Marga Prohens, presidenta del Govern, fue de las primeras en llegar a la capital hispalense. La líder del Ejecutivo balear ya tenía previsto viajar a Sevilla junto a su familia incluso antes de que el Mallorca lograra su clasificación para la gran final de Copa. Prohens acudió anoche a la cena de gala que organizó la RFEF y durante la jornada de este sábado fue una seguidora más del equipo rojillo. La presidenta pasó por el centro de la ciudad, se fotografió junto a numerosos hinchas y después acudió a la Fan Zone, centro neurálgico del mallorquinismo en las horas previas al encuentro. No fue la única política que viajó a tierras andaluzas.
El regidor Javier Bonet, Catalina Cirer, una acérrima seguidora bermellona, Llorenç Galmés, Andreu Serra, Francisco Ducrós o Catalina Cladera también quisieron arropar al conjunto de Javier Aguirre.
Al margen de los políticos, numerosos rostros conocidos de la sociedad mallorquina se dejaron ver en Sevilla, es el caso de los empresarios Toni Aloy, Rafael Roig o Gori Jaume. Numerosos abogados también acudieron a la antigua Híspalis. Gabriel Tous, Llorenç Salvà, Edu Morey, Luis Moyá, José Yañez, entre otros, quisieron animar al Mallorca.
Pedro Rullán, consejero delegado del Grupo Serra, Richard Clark, director general de Air Europa y Guillem Reynés, expresidente bermellón, tampoco quisieron perder la ocasión de alentar al Mallorca en otro duelo para la leyenda.