El entrenador del Athletic Club, Ernesto Valverde, cree que un equipo como el bilbaíno que «ha perdido las cinco finales» de Copa del Rey que ha jugado en los 15 últimos años, «no tiene nada que perder» en la final del sábado ante el RCD Mallorca porque «no tiene nada» ganado.
«Hemos jugado cinco finales y hemos perdido las cinco. Cuando no tienes nada no hay nada que perder», recordó el técnico rojibanco cuando se le apuntó, en la rueda de prensa previa, como encara su equipo el choque frente al conjunto bermellón.
Valverde, además, no dio valor a que a su equipo se le considere favorito en el encuentro porque considera que eso lo dicta «el campo» y «el juego». «No sé si en una final se puede hablar de víctimas y favoritos. No me importaría que me considerasen favorito si me diesen un gol, pero como no nos lo van a dar», apuntó.
En ese sentido tiene claro que este sábado «se trata de un partido de fútbol» y de «explotar tus posibilidades para ganar». «Es una final y aquí estamos todos para ganarla», zanjó.
«Se trata de poner en el campo lo que tienes y lo que eres», añadió, centrándose en lo deportivo y en un rival que «correoso, que intenta hacer los partidos largos y lo consigue». «Es bueno en la estrategia y valiente cuando hace presión alta», añadió, recordando que los partidos que les han enfrentado «han sido todos igualados menos el último», el 4-0 liguero de San Mamés. Por eso pide a su equipo «hacer el juego que nos ha traído hasta aquí».
En ese sentido, dijo que: «estamos bien, contentos de estar aquí, desde el principio de temporada hemos estado pensando en jugar esta final».
A Valverde le recordaron el título de la Supercopa que logró en 2015 ante el Barcelona, un duelo «marcado mucho por el rival», un Barcelona de Luis Enrique que solo cedió ante el Athletic en la búsqueda de un nuevo 'sextete'. «Solo nosotros fuimos capaces de ganarles en la Suercopa», destacó.
Y también se acordó de su final de Copa perdida con el Athletic, también en 2015, y dijo que es diferente, porque esta «de momento en campo neutral», acordándose de que fue en el Camp Nou también ante el Barça que luego dirigió.
«Esta, aunque la ilusión es la misma, quizás es una final más igualada y está más abierta», opinó, considerando que la tremenda movilización de la afición rojiblanca a las finales, en Sevilla se calcula que habrá mínimo unos 70.000, es un ejemplo de «la implicación de los aficionados y de la grandeza de este club».
Por último, Valverde admitió que el de mañana es un partido «muy importante» para él. «Si. Sé lo que significa este partido para todos si pudiéramos ganar. Las finales siempre están señaladas en el calendario», añadió.