No está al cien por cien. Todavía no es aquel depredador de área que rebañaba cada balón como si fuera el último y al que se le caían los goles en los bolsillos. Pero Vedat Muriqi, renqueante y a medio gas, es capaz de meter la cabeza para marcar un gol de oro en el minuto 91, acabar con cuatro meses de oscuridad y sellar una victoria que pone al Mallorca en la rampa de la salvación.
El cuarto triunfo balear de la Liga permite al grupo de Javier Aguirre tomar la mayor distancia con el descenso de toda la temporada (6 puntos), abrazar su primera alegría liguera del año y recuperar para la causa a un futbolista capital que ha pasado por un calvario en los últimos meses.
El Mallorca se agarró a la magia del kosovar para desatascar un partido infumable en el primer tiempo, que se le había puesto de cara tras el descanso (pasó a un 4-4-2) pero que complicó Gio con un pésimo despeje a los pies de Álvaro García. Cuando todo parecía encaminado hacia el empate, emergió la figura de Muriqi -al que Aguirre estuvo a punto de sustituir- para marcar un gol con sabor a media permanencia.
A noventa minutos de la final de Copa y con un colchón de seis puntos por encima del fango, el Mallorca puede respirar a pleno pulmón a la espera de los retos que aparecen a la vuelta de la esquina. Y con el Pirata llenando la despensa para saciar su apetito. Muriqi está de vuelta....