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El broche ideal para Javier Aguirre

El técnico del Real Mallorca considera que con la victoria ante Osasuna «no hay mejor manera de cerrar el año»

El entrenador del Real Mallorca, Javier Aguirre, conversa con su homólogo en Osasuna, Jagoba Arrasate, en los prolegómenos del partido que ha enfrentado este jueves a sus equipos en el estadio de Son Moix, en Palma. | Miquel Àngel Borràs

| Palma |

El técnico del Real Mallorca, Javier Aguirre, expresó su satisfacción por la victoria ante Osasuna que, según él, propicia «la mejor manera de terminar el año». El preparador mexicano subrayó el papel que tuvo la «estrategia» en un triunfo en el que también quiso destacar que los suyos «no decayeron» después de recibir un tanto muy rápido.

«Me hubiera gustado acabar con más tranquilidad, pero no hay mejor manera de terminar el año», resumió Aguirre, que confesó que el arranque del duelo fue «un poco raro». «Perdimos un balón en el medio y me hizo recordar el partido del Cádiz porque encajamos un gol en el único tiro cuando habíamos empezado bien y no merecíamos ir por debajo», apuntó.

El entrenador bermellón remarcó que «fue importante que no decaímos» porque en el vestuario tenían claro que era «una buena oportunidad para darle una alegría a la afición». Además, pese a recibir dos goles, valoró las prestaciones de sus hombres en defensa «desde la derrota ante el Atlético». «Creo que hemos mejorado en cuanto a resultados y funcionamiento de equipo», comentó.

Sobre el acierto de cara a gol. el técnico del Real Mallorca señaló que esta vez «entró la pelotita», pero también quiso recalcar que en general fue «un partido completo en el que me sobró el gol de ellos». «La estrategia estuvo bien, Pol Lorente hizo un buen trabajo y tuvimos la fortuna de que estuvimos acertados», apostilló.

La segunda victoria consecutiva en Son Moix permite al Real Mallorca marcharse de vacaciones con cinco puntos de margen sobre las posiciones de descenso, cuyos inquilinos también han facilitado una navidad tranquila. Los bermellones enlazan cinco jornadas sin conocer la derrota y acumulan siete de los últimos nueve puntos para minimizar las alarmas que se habían encendido en el entorno mallorquinista, que llega al parón con una situación más holgada de lo que cabía esperar teniendo en cuenta el pesimismo que rezumaba en los albores de diciembre.

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