El valor de Vedat Muriqi es incuestionable. La ausencia del delantero kosovar ha dejado huérfano a un ataque del Mallorca que semana tras semana evidencia su falta de veneno. El grupo de Javier Aguirre amontonó claras ocasiones en el feudo del colista pero una vez más, entre Samú Costa, Larin, Amath y Javi Llabrés -el binissalemer tuvo el triunfo en sus botas en el 91- arrojaron a la basura todas las oportunidades para firmar un empate con sabor a derrota.
Paradójicamente, el Mallorca marca menos sin Muriqi, pero en las cinco jornadas sin su referencia ha sumado seis puntos... aunque los empates ante Cádiz, Alavés y Almería se antojan botines escasos para escapar del fango.
Para la concepción y el estilo de Aguirre, Muriqi es una pieza capital. El técnico mexicano, como hizo antes Luis García Plaza, adaptó todo su sistema a las condiciones del kosovar, determinante para la salvación de hace dos campañas y para la gran campaña firmada el curso pasado. Sin Vedat, el Mallorca no encuentra la fórmula para afinar en ataque. Larin genera pero no marca; Abdón depende del momento y a Amath la portería se le hace cada vez más pequeña. Javi Llabrés tuvo una oportunidad de oro para salir a hombros, pero pifió en el remate final. El jueves echa el telón a 2023 con un duelo clave ante Osasuna que podría servir para tomar un impulso... o para seguir en el atasco.