Este Real Mallorca invita a soñar. 31 puntos, cinco victorias consecutivas en casa, a dos puntos de Europa... Acostumbrado a marcar y refugiarse, el grupo de Aguirre se soltó la melena para rubricar la goleada de la temporada en el partido más divertido del curso. El técnico mexicano sigue rociando de prudencia su discurso, pero la realidad es que este equipo tiene la salvación prácticamente cosida (tiene nueve equipos por debajo y once puntos de colchón sobre el descenso) y ha convertido Son Moix en un escenario inquebrantable.
Aguirre tiene a toda la caseta enchufada y remando para la causa. Da igual quien juegue. El técnico agitó la coctelera para meter en el campo a Kadewere y el zimbabuense estuvo colosal. Apostó por Galarreta como único medio centro puro y Dani Rodríguez se destapó como el goleador inesperado. El gallego parece haber superado la travesía por el desierto en el aspecto anotador y vuelve a estar en racha. Y Muriqi volvió a festejar un gol. Un golazo para encender la mecha de la fiesta y provocar el júbilo en el Estadi. Así es este Mallorca, capaz de guardar un gol como oro en paño ante el Madrid a base de intensidad y, quince días después, de divertir a una afición que se frota los ojos y que piensa en grande. El margen con la zona roja es enorme y las sensaciones, sobre todo en casa, inmejorables. Soñar es gratis...