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El Mallorca se come al Real Madrid

Los de Javier Aguirre maniatan al conjunto blanco y acentúan su idilio con Son Moix gracias a un gol en propia puerta de Nacho y a un penalti detenido por Rajkovic a Marco Asensio

Resumen del encuentro entre el Real Mallorca y el Real Madrid disputado este domingo en Son Moix, en Palma. | LPF

| Palma |

El Real Mallorca sigue volando a toda velocidad por el cielo de la Liga. El conjunto balear, que ha hecho del estadio de Son Moix un búnker en el que cobijarse, se comía este domingo al Real Madrid y firmaba uno de esos triunfos que además de poner de relieve su propuesta amenazan con terminar de quebrar del todo la pelea por el título. Un gol en propia meta de Nacho Fernández al principio del encuentro y un penalti parado por Rajkovic a Marco Asensio dejaban sin argumentos al conjunto blanco y disparaban a los bermellones, que acababan obsequiando a su público con una jornada de fútbol de las que tardan en olvidarse (1-0).

Parte del plan que habían elaborado tanto Aguirre como Ancelotti saltaba por los aires en mitad de la sala de espera. Para el mexicano, con la baja de Valjent, que suponía otro agujero en una defensa que ya había perdido por sanción a Copete. El eslovaco, con fiebre, se caía de la lista a una hora del partido y el técnico, lejos de recurrir a un recién llegado como Dennis, incrustaba a Gio junto a Raíllo y Nastasic para dejar que Maffeo desnortara a Vinicius desde su asiento habitual. Para Carletto, el susto del último momento llegaba en la portería. Courtois se lastimaba durante el calentamiento y el italiano, con una agenda de vértigo que atender en los próximos días (la semana que viene disputa el Mundial de Clubes y en dos se reencuentra con la Liga de Campeones), no arriesgaba: entraba Lunin para ponerse bajo el larguero.

Cambios aparte, el partido empezaba según lo previsto, lo que suponía una excelente noticia para el Mallorca. El Madrid, sin Militao atrás, sin Benzema arriba y con Modric y Kroos esperando su turno en un banquillo como los de antes (solo siete jugadores disponibles), tenía lo justo para inquietar a un equipo hecho a base de hormigón y con las ideas muy claras. Bien plantado frente a su área y con los puñales bien afilados por si había que utilizarlos en alguna salida rápida, el cuadro balear dejaba que los blancos se fueran enredando en su propia incerteza. Por si fuera poco, antes del primer cuarto de hora, los isleños iban a encontrar la pieza que necesitaban para completar el jeroglífico de la victoria. Un centro de Dani desde la izquierda lo remataban a medias entre Muriqi y Nacho y el balón describía un globo indetectable para Lunin que moría contra las redes. Un gol tan inesperado como vital en la línea argumental del partido que el propio delantero kosovar negaría como suyo durante la celebración.

La ventaja le brindaba un paisaje idílico al Mallorca, que tenía el partido dónde y cómo deseaba. Era el Madrid, sin movilidad, con los pasillos ocupados y las ideas difusas, el que tenía que llevar el peso de lo que ocurriera en el campo. Una tarea que para los blancos iba a complicarse más cuando el oficio de Maffeo sacaba del tablero a Vinicius, seguramente el futbolista más desequilibrante del tapete, que cada vez se metía más en el fango. El duelo llegaba al descanso con el Mallorca crecido en un par de tallas y el Madrid chapoteando en su propia impotencia.

Tras el descanso el encuentro se asomaba a un extraño giro de guión después de que el colegiado señalara un penalti de Rajkovic a Vinicius. Sin Benzema para ejecutarlo, le tocaba a un viejo conocido de Son Moix activar esa palanca: Marco Asensio. El portero serbio adivinaba la dirección del disparo del de Calvià y lo detenía para terminar de poner patas arriba al estadio.

Gastada esa bala y con el Mallorca tan entero como al principio, a Ancelotti no le quedaba otra que vaciar el banquillo y poner sobre la mesa lo poco que almacenaba en la despensa: Modric, Kroos e incluso Mariano. El Mallorca de Aguirre ni se despeinaba y aunque en los instantes finales el carburante escaseaba y los blancos apretaban, siempre con más corazón que sentido, el triunfo permanecía bien guardado bajo llave. La fiesta de Son Moix continúa.

Ficha técnica:

1 - Real Mallorca: Rajkovic; Gio, Nastasic, Raíllo, Maffeo, Jaume Costa; Baba (Battaglia, m.78), Gallarreta (Grenier, m.92), Dani Rodríguez (Amath, m.67), Kang In Lee (Antonio Sánchez, m.78) y Muriqi.

0 - Real Madrid: Lunin; Carvajal, Nacho, Rüdiger, Camavinga; Tchouameni (Kroos, m.71), Valverde (Modric, m.64), Ceballos (Alaba, m.71); Asensio (Mariano, m.70), Vinicius y Rodrygo.

Gol: 1-0, Nacho, en propia puerta, m.13.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité canario). Amonestó a Jaume Costa, Amath, Galarreta, Maffeo y Raíllo por parte del Mallorca y a Vinicius, Ceballos, Valverde, Modric y a Mariano por parte del Madrid.

VAR: De Burgos Bengoetxea (Comité vasco).

Incidencias: 18.258 espectadores en Son Moix. Antes del partido se guardaba un minuto de silencio por los jugadores y abonados fallecidos durante la primera vuelta.

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