El partido entre el Cádiz y el Real Mallorca de este próximo sábado a las dos de la tarde en el Nuevo Mirandilla llega en un ambiente enrarecido en ambas escuadras, aunque mucho más en el conjunto amarillo cuya situación deportiva es más comprometida que no en el estadio de Camí dels Reis.
En Son Moix el asunto Kang In Lee y su intención de abandonar el club rojillo a final de temporada han roto la armonía en la que el equipo está inmerso desde el punto de vista deportivo. Las dos últimas victorias en casa frente a Valladolid y Celta han permitido a los baleares alcanzar la cifra de 25 puntos, superando incluso la barrera de la mitad de los necesarios para conseguir la permanencia matemática y eso que falta todavía un partido para cerrar la primera vuelta.
En Cádiz esto no sucede y en caso de victoria solo sumarían 19, lo que sin duda refleja las dificultades que está sufriendo el equipo de Sergio González para acumular puntos durante esta temporada. Al margen de la llegada de Gonzalo Escalante, último refuerzo confirmado en el mercado de invierno, la situación de nervios provocada por los malos resultados se deja notar en toda su dimensión.
Como consecuencia de ello antes del partido contra el equipo rojillo los seguidores están convocados para recibir al equipo y animarle de cara al encuentro ante el once rojillo y de paso exteriorizar su crispación por la planificación deportiva. En una nota hecha pública por la plataforma convocante de la manifestación se indica que «la falta de gestión y de trabajo de la dirección deportiva y de los máximos representantes de la entidad han provocado que la plantilla esté francamente debilitada para afrontar duelos clave en la lucha por la permanencia en este mes de enero, hasta el punto de contar ya con tres efectivos menos que en el pasado mes de diciembre. Entre las bajas, además, se encuentran el capitán y el máximo goleador del equipo, piezas clave que aún no han sido reemplazadas por nuevos fichajes de nivel».
El club se ha visto obligado a reaccionar en una carta abierta del presidente Manuel Vizcaíno pidiendo calma y comprensión en estos momentos. No ayuda tampoco el caldo de cultivo creado con los arbitrajes, sobre todo con Iglesias Villanueva, el colegiado responsable del VAR en el Cádiz-Elche y que terminó con empate a uno y con un gol en contra para los andaluces en fuera de juego.
Resta por conocer si toda esta situación que se genera jugará en contra o a favor del equipo amarillo o por el contrario el Mallorca podrá sacar buen rédito de todo ello. En cualquier caso vuelve a presentarse un partido caliente entre Cádiz y Mallorca como ya sucedió el curso pasado por diferentes circunstancias. En la jornada doce con motivo del enfrentamiento entre ambos equipos en el Mirandilla, el colegiado cometió un error gravísimo al dejar sin castigo una durísima entrada sobre Dani Rodríguez que pudo haberle hecho un daño irreparable, retrocediendo a la acción anterior y sacando amarilla a Baba. Eso motivó que el jugador gallego explotara en las redes sociales y publicara un tuit donde cargaba duramente contra el estamento arbitral indicando que se había faltado al respecto a los jugadores del Mallorca y al club.
Como consecuencia de todo ello se llegó a final de temporada con una guerra abierta entre las dos instituciones que luchaban por mantener la categoría. Ambos lo consiguieron en finales agónicos, pero también ahí las redes sociales sirvieron para que la tensión creciera entra aficiones. Por lo tanto no son de un tiempo a esta parte partidos tranquilos los Cádiz-Mallorca. El que se jugará este sábado tampoco invita a pensar que lo sea tal y como está transcurriendo la semana.