Vedat Muriqi es el elegido para abrir el grifo del Mallorca en ataque. El gigante del Lazio ultima su cesión hasta final de temporada y en cuanto cristalice se convertirá en el principal argumento del club para ampliar su catálogo ofensivo en el camino hacia la permanencia. El kosovar, que no llega con una tarjeta de presentación demasiado atractiva, encontrará en Son Moix una oportunidad para darle una capa de barniz a sus números, oxidados tras una temporada y media en el Calcio, y acercarse de nuevo al nivel que alcanzó hace no tanto en la Süper Lig turca.
El Mallorca, el Lazio y el propio Muriqi han acabado encontrando en los postres del mercado una salida común a sus necesidades en esta fase del ejercicio. Los baleares requieren ajustes importantes en su línea más avanzada del terreno de juego; los romanos llevaban semanas trabajando para encontrarle acomodo a un futbolista que pese a encontrarse entre los diez mejor pagados de la plantilla no cuenta para su entrenador, Maurizio Sarri, y el futbolista quiere volver a sentirse importante tras pasarse los últimos meses representando un papel marginal en el conjunto biancocelesti. Con poco más de 200 minutos jugados en lo que va temporada en la Serie A, su marcha del Olímpico parecía cantada desde principios de enero aunque hasta ahora ninguno de los numerosos ofrecimientos del Lazio —el último de ellos, al Granada— había fructificado. En el caso del Mallorca, si se pulen los últimos detalles del acuerdo y no hay problemas con la revisión médica, llegaría para jugar a préstamo hasta que acabe el curso con una opción de compra que, según aseguran desde Italia, ronda los 13 millones de euros. Y ese es, al parecer, uno de puntos calientes de la operación en la que el Mallorca asumiría lo que resta por pagar de la ficha del delantero, por el que el Lazio un traspaso de casi 20 millones de euros al Fenerbahce en plena pandemia, en septiembre de 2020.
Muriqi, 27 años y 1'94 de altura, nunca ha acabado de desplegar las alas en el fútbol italiano y en los 49 partidos oficiales que ha disputado con el Lazio entre Serie A, Coppa, Liga de Campeones y Europa League ha marcado solo dos goles, ambos la temporada pasada. En ese sentido, la referencia para los responsables del área deportiva del Mallorca es el paso del kosovar por las plantas superiores del fútbol turco, donde rubricó los mejores momentos de su carrera y le spuso su firma a 32 dianas en las dos últimas campañas que jugó allí.
El apunte
Una carrera entre Albania y Turquía
Vedat Muriqi nació en la ciudad de Prizren (Kosovo) el 24 de abril de 1994 y tuvo una infancia marcada por una guerra que le obligó a huir junto a parte de su familia hacia la vecina Albania, la patria de sus padres. De regreso a su país se enroló en la cantera del KFLiria, el club de su ciudad, y desde muy joven empezó a trazar una progresión llamativa que le llevó a debutar con el primer equipo años después. Una vez fuera del cascarón, Muriqi regresó a Albania como futbolista profesional para militar en el KF Teuta e intercalar una breve cesión en KS Besa Kavajë antes de dar el salto a Turquía. Primero para jugar en el Giresunspor, con el que empezó a llamar la atención de otros clubes gracias a sus 21 goles. Su siguiente destino fue el Genclerbirligi de Ankara y de ahí pasó al Caykur Rizespor, en el paso previo a su fichaje por el Fenerbahce. Como internacional jugó con la selección sub’21 de Albania y en octubre de 2016 debutó con el combinado absoluto de Kosovo, con el que ha disputado 37 partidos en los que ha marcado 18 tantos. El año pasado se enfrentó dos veces a España.