La pasión y el desenfreno han podido con la razón. Tras consumarse el ascenso del Real Mallorca la afición mallorquinista, obviando las recomendaciones de las autoridades, ha salido a las calles de Palma para celebrar el ascenso a la élite del fútbol español.
La fiesta ha empezado en el exterior de Son Moix donde algunos aficionados ya se habían reunido para presenciar el partido entre el Cartagena y el Almería. Tras el pitido final, se ha desatado la locura.
Posteriormente, la marea bermellona ha ido desfilando hacía el centro de la ciudad. Aunque la fuente las Tortugas estaba cerrada la afición se ha concentrado en la plaza Joan Carles I. Las camisetas bermellonas, banderas, bufandas y una sucesión casi infinita de bengalas han teñido Palma de rojo.
Cada vez más aficionados se han ido congregando en el lugar. A pesar de que en muchos momentos la distancia de seguridad y las mascarillas han brillado por su ausencia la Policía se ha limitado a controlar que todo transcurría de forma pacífica.