Derrota antes de Navidad (2-3). El Mallorca no pudo con el Fuenlabrada, pero tampoco con las decisiones arbitrales de Iglesias Villanueva. Cayó por dos goles a tres en un encuentro en el que se quedó con nueve jugadores al final de la primera parte por expulsión de Cufré y Raíllo. El conjunto bermellón consiguió establecer el empate a dos con nueve en el segundo tiempo, pero el tanto de Damián dejó sin premio el enorme esfuerzo de los mallorquinistas. Los de García Plaza fueron mucho mejores con nueve sobre el campo que el Fuenlabrada con once. No fue la tarde de Reina, cuya toma de decisiones este sábado fue errónea. En otros partidos fue determinante para sumar puntos, pero este sábado ha firmado una actuación para olvidar. Cosas que pasan.
Para olvidar fue también la actuación del colegiado. Expulsó injustamente a Cufré y terminó desquiciando a los baleares. Lo mejor, el esfuerzo colectivo de los de Plaza y la reivindicación una vez más de Abdón como el nueve que necesita este equipo. Hacer un resumen de lo sucedido no es fácil porque el partido fue una batalla sin fin donde las cosas se sucedían sin solución de continuidad.
En la primer parte se jugó lo justo para marcar tres goles y expulsar a Cufré y Raíllo. Las interrupciones fueron constantes y el Fuenlabrada se adaptó más a este plan de rayos y truenos. El equipo de Sandoval dio el primer golpe en un gol de Pulido. Un mal blocaje de Reina a tiro de falta de Iribas fue letal para el Mallorca. La pelota quedó franca a los pies de Pulido que encontró hueco para meter el cero a uno. Desde el primer partido de Liga el Mallorca no iba por detrás en el marcador. La acción fue una muestra de la tarde de miedo que se avecinaba.
Sin embargo y pese al mazazo, los mallorquinistas tiraron de talento e inclinaron rápidamente el campo a su favor para empatar el partido. Pero en días de tormenta siempre hay goteras y el VAR instó a Iglesias Villanueva a revisar la imagen porque se intuía mano de Raíllo. El colegiado, malo donde los haya, decidió tirar por la calle de en medio y anuló el tanto de Abdón por supuesta falta de Raíllo. El VAR tiene eso, es una barra libre tecnológica. Puede hacer bueno a un árbitro bueno, pero a uno malo lo empeora.
Siguió empujando el Mallorca buscando el empate. Debía superar ya dos mazazos, el gol en contra y el tanto anulado. Y lo hizo. Un saque de banda de Sastre fue el inicio de una acción rápida de juego combinado a un toque dentro del área rival y que acabó con el gol de Cufré. Su disparo desde la frontal con mucha intención y bien colocado al segundo palo hizo imposible la reacción de Belman. Empate a uno y partido nuevo. Sí, nuevo, pero no mejor.
Iglesias Villanueva empezó a buscar protagonismo. En un campo vacío y con la tele en directo algunos se crecen y el gallego se creció. Se vino arriba. También sus asistentes. A la media hora de partido expulsaron a Cufré por una falta que no existió ante un contrario. El argentino tocó balón por mucho que no lo viera ni el árbitro ni el asistente. Ahí el VAR no funciona y el Mallorca se queda con uno menos. Y de una falta que no era llegó el gol. Salvador situó el balón en diagonal a la meta de Reina y rifó el esférico hacia el área pequeña para encontrar el rebote. No hizo falta que nadie la tocara. La pelota pasó por entre una maraña de piernas y se coló en la portería de Reina. Uno a dos y problemas. Y más problemas. Todos los del mundo. El Mallorca andaba perdido y Feuillassier envió un balón al palo. Miedo. Pero todo en este mundo puede empeorar y empeoró. Vaya si empeoró. A los 50 minutos el colegiado vio a Raíllo tener sus más y sus menos con un defensa y le sacó amarilla. Ahi el cordobés se desquició y protestó con vehemencia y el árbitro no le perdonó la segunda. En resumen, el Mallorca perdía uno a dos en el marcador y se quedaba con dos hombres menos para afrontar todo el segundo tiempo.
Y el Mallorca tenía que tirar de épica, de garra, de corazón, de fuerza, pero también de fútbol. Afortunadamente el equipo rojillo tiene de todo, pero jugando con nueve eso siempre es difícil. Galarreta puso una falta al corazón del área para el más listo de la clase, Abdón Prats. El delantero se levantó al cielo de Palma y firmó el empate a dos en un certero remate de cabeza. El VAR volvió a hacer el ridículo y dio el gol después de casi cuatro minutos mirando la jugada. Dos a dos y el Mallorca seguía vivo y sin perder la cara al partido. Pero este sábado no era el día. Y cuando en el fútbol no tienes el día, no lo tienes. Reina no olvidará fácil el encuentro de este sábado. El malagueño rechazó de puños un balón y la pelota se escapó a la frontal y el chut raso y colocado de Damián acabó en gol. 2 a 3 en el minuto 62. Partido loco no, lo siguiente.
Abdón, siempre Abdón, tuvo el tercero para los rojillos en un disparo desde la frontal, pero el portero estuvo atento. El Mallorca nunca perdió la cara al partido y eso es la nota más positiva de un choque donde lo mejor fue el pundonor de los hombres de rojo.
Real Mallorca: Reina, Sastre, Russo, Raíllo, Cufre, Salva Sevilla (Sedlar, min.46), Galarreta (Baba, min.66), Febas (Oliván, min.30), Mboula (Antonio Sánchez, min.46), Amath (Alegría, min.81) y Abdón.
Fuenlabrada: Belman, Iribas, Sotillos, Pulido, Pol, Fevillassier (Fuentes, min.83), Cristóbal, Jano (Damián, min.56), Salvador (Oscar, min.68), Kante y Nteka.
Goles: 0-1 min.10, Pulido; 1-1 min.19, Cufré; 1-2 min.33, Salvador. 2-2. Abdón, min.51: 2-3, Damián, min.62
Arbitro: Iglesias Villanueva (Comité gallego). Amarilla para Sotillos, Russo, Mboula, Jano, Nteka, Galarreta y Cristóbal. Expulsó a Cufré en el minuto 30 por doble amonestación y a Raíllo también por dos amarillas (min.45+5)