Colas interminables, hasta diez horas de espera, alegría entre los que conseguían el carnet y desesperación entre los que no podían ni acceder a un número para reservar su lugar en la larga fila. Así fue el primer día en Son Moix, el primer día elegido por el Real Mallorca para que los socios puedan retirar su carnet de forma presencial. Además, este lunes los abonados tenían la oportunidad de hacer dos altas en los asientos que quedaron libres el año anterior (según disponibilidad). Muchos no pudieron hacerlo porque las nuevas altas no podián situarse en las tribunas elegidas. Para aumentar la confusión, el sistema de entregar los tíkets para ordenar la cola se duplicó y se repartieron por error en dos ocasiones números repetidos. Para añadir mayor dificultad en el operativo, la pantalla que organizaba el acceso a las oficinas se estropeó y tuvo que ser sustituida por una pizarra. Todo unidó ayudó a generar más ansiedad entre los socios además de aumentar la espera para acceder a las oficinas. Por la tarde se regularizó la situación, que este martes se espera esté totalmente normalizada.
Sergio Esteban y Manuel Martínez llegaron a Son Moix a las 9 de la mañana y salieron a las 5 con sus carnets de socio. María Colom, que acudió para retirar sus abonos y los de sus nietos, llegó al campo a las 8 de la mañana y se marchó a las 17 horas. «Ni he comido ni nada, menos mal que me han traído una botella de agua», explicaba.
Al final el club informó que trataría de atender a los que tenían cita para este lunes y que llevaban todo el día esperando. Las gestiones para sacar un carnet llevaban también su tiempo porque cada socio tiene sus peticiones concretas y cada quince minutos de media aproximadamente una persona salía de la oficina y entraba otra. Por la tarde se celebraba como si de un gol se tratara la entrada de un aficionado a las dependencias internas para sacar sus abonos.
En el interior se trabajaba a destajo y los profesionales atendían lo mejor y más rápidamente que podían, pero no había manos suficientes para poder atender la enorme demanda existente. Finalmente el mallorquinismo siempre suele ganar a la indignación, pero lo cierto es que muchos ayer tuvieron que armarse de paciencia infinita para poder aprovechar la jornada y salir con su abono. Muchos no lo consiguieron, ni tan solo pudieron acceder al tíket para reservar su sitio y entrar cuando fueran requeridos. De hecho incluso tuvo que adecuarse por la mañana una pizarra de tiza para anotar el número que tenía derecho a acceder a la oficina para llevar a cabo su gestión. Durante la tarde muchos aficionados acudían también a Son Moix, pero se iban por donde habían venido tras comprobar cómo durante la jornada de ayer ya no había ni opciones de esperar turno y durante los próximos días volverán a intentar acercarse a probar suerte.
Ignacio relataba también las visicitudes que tuvo que aguantar. «Llevo cinco horas esperando. La organización ha dejado mucho que desear, encima no daban soluciones y ha sido un socio quien ha tenido que decir que se pusiera una pizarra y yo, que era el número 35 en sacar el carnet, ya no tenía sitio en sol baja, ni en la grada Lluís Sitjar para sacar el abono de mis acompañantes. Solo me dejaban sacar si quería hacer un nuevo socio en tribuna cubierta» explicaba este abonado. Miquel Prieto también relataba su experiencia. A la doce del mediodía encadenaba ya cuatro horas de cola. «Se han doblado los números de la cola lo que ha aumentado la confusión. Ha tenido que venir la seguridad privada porque esto era un caos. Desde fuera se ve falta de organización, aunque nuestro mallorquinismo nos hace aguantar lo que sea», explicaba. En resumen, el mallorquinismo desbordó en la jornada de este lunes al propio Real Mallorca.