Pervis Josué Estupiñán Tenorio (Esmeraldas, 1998) es el primer futbolista ecuatoriano que defiende la camiseta del Mallorca y uno de los actores principales de la película de acción y suspense que está rodando esta temporada el conjunto de Vicente Moreno.
Cedido por el Watford hasta el próximo 30 de junio, el lateral no está dispuesto a guardar nada para el curso que viene. De momento, se ha propuesto dejar una profunda huella a su paso por Son Moix y ya no renuncia ni al playoff ni al ascenso.
Un tesoro escondido que rastrea con su verticalidad, sus asistencias y sus goles, ya que por algo es el defensa de la plantilla con más veneno escondido en las botas. En esta entrevista con el jugador del Mallorca descubrimos más sobre el fútbol y los retos de cara a este final de temporada.
—Antes que nada, ¿cómo está su rodilla derecha?
—Estoy bien. Esta semana sin partido me ha ayudado a recuperar y he trabajado fuera del campo para no perder la forma.
—¿Para el Mallorca también es positivo un parón en este momento de la temporada?
—Por un lado sí por el tema este de las molestias, pero por el otro es verdad que el otro día nos quedamos con las ganas de sumar. A ver si podemos hacerlo contra el Numancia.
—¿Qué pasó en la jornada anterior contra el Córdoba?
—Sabíamos lo que nos jugábamos y que nos enfrentábamos a un rival muy necesitado. El partido se nos complicó pronto y aunque después reaccionamos bien, al final no nos alcanzó.
—¿Tienen la sensación de que se perdió una buena oportunidad?
—Sí, sí, nos queda esa pica. Queríamos ganar porque era como sumar seis puntos una tacada. Era un partido importante y queríamos hacerlo como fuera. Pero esto es fútbol y después de este descanso tendremos otra revancha para intentar aprovecharla.
—¿Qué le pasa al equipo fuera de casa? Porque más allá del partido contra Las Palmas, el rendimiento no tiene nada que ver con el que obtiene en Son Moix...
—Queremos ganar siempre y salimos a hacerlo. En casa, por ejemplo, estamos aprovechando el momento que vivimos y somos conscientes de ello. Ante nuestra gente lo estamos haciendo muy bien, estamos muy fuertes y tenemos mucha confianza. Fuera tenemos que jugar con esas mismas condiciones.
—En cualquier caso, y con el objetivo original ya cubierto, parece que hay mucho tiempo para mirar hacia arriba en la clasificación.
—Desde luego. Si ya tenemos más de 50 puntos, ¿por qué no seguir soñando en grande? El Mallorca tiene un buen equipo, estamos muy unidos y creo que vamos a pelear hasta el último momento. Nada está dicho.
—¿El secreto de lo que está pasando es precisamente esa fuerza que tiene el grupo?
—Creo que sí. El míster ha sabido dirigir al grupo y eso nos ha ayudado mucho. Peleamos todos por una misma causa y al final esa unión es buena para todos.
—Con tantos equipos ahí arriba y tan pocas diferencias, ¿dónde estará la clave?
—Nosotros tenemos que estar centrados en lo nuestro. Aún nos queda enfrentarnos a equipos muy duros de aquí a que acabe la liga, pero tenemos que creernos lo que somos. Saber que somos buenos jugadores y que podemos hacerlo. Creo que eso es básico.
—A nivel personal, ¿esperaba que todo le saliera tan bien como le está saliendo hasta ahora?
—Soy un jugador que confía mucho en el potencial que tiene y en cada equipo al que he ido he tenido que currármelo muy fuerte. Al principio claro que cuesta un poco, pero siempre me mantengo firme en mi trabajo. Eso me ha servido de mucho. También me ha ayudado el hecho tener mucha paciencia cuando han aparecido las lesiones. Siempre me he encontrado a buenos jugadores en mi misma posición y siempre he tenido que ganármelo. No hay que desfallecer y estar siempre a punto, porque la temporada es muy larga y te puede tocar en cualquier momento.
—Aquí fue uno de los últimos en llegar a un bloque muy compacto, teniendo a Salva Ruiz por delante y sufriendo un neumotórax en uno de sus primeros partidos. ¿Llegó a verlo muy complicado?
—Cuando te lesionas debes ser muy fuerte mentalmente y mis compañeros me ayudaron mucho a seguir luchando. Me sirvió mucho. Sabía que venía a un gran club, con grandes jugadores, pero que si tenía una oportunidad podía demostrar de qué estaba hecho.
—Si de algo puede presumir este Mallorca es de los laterales que tiene en las dos bandas.
—Para cualquier equipo es muy bueno tener a dos futbolistas a buen nivel en todas las posiciones. Y eso es lo que nos caracteriza: si hay algún jugador no puede estar, ahí entra el otro. En mi caso, comparto banda con Salva (Ruiz), que es un buen jugador, con experiencia y mucha técnica. A mí me ha ayudado mucho y cualquiera querría jugar como él. Me sirve de aprendizaje y es un orgullo tener a los futbolistas que tengo al lado. La clave es tener una buena competencia y compañerismo; que el que juegue aproveche la oportunidad y el que no, que esté ahí apoyando.
—Confiese: a usted le gusta más atacar que defender.
—Antes me centraba más en defender, pero el míster (Vicente Moreno) me está enseñando mucho a nivel ofensivo y para mí es muy importante ir aprendiendo poco a poco todas estas cosas para poder ir creciendo.
—De momento, ya suma tres goles y un par de asistencias.
—Eso quiere decir que las cosas se están haciendo bien. Es muy bonito marcar, sobre todo cuando ayudas al equipo. Me gustaría marcar muchos más.
—También está recibiendo muchas amonestaciones. ¿Eso no le condiciona demasiado?
—La verdad es que no sé qué está pasando esta temporada con las tarjetas. Sí que es cierto que cuando te sacan una en los primeros minutos juegas con algo más de nerviosismo por el temor a dejar al equipo en inferioridad, pero la mayoría de veces me he sabido mantener ahí.
—Por lo que hemos visto después de algunos partidos, cuida mucho sus conexiones y la comunicación con los futbolistas de ataque.
—Sí, mucho. Por mi juego de ataque y de tirar muchos centros he practicado mucho con los delanteros y a veces me quedo con ellos en el entrenamiento para seguir haciéndolo. Es muy bueno para seguir creciendo y tratar de mejorar esas cosas. Me gusta tener una buena relación, dialogar y saber qué se ha hecho bien y en qué se ha fallado para rectificar.
—¿Qué compañero de equipo le ha sorprendido más y con quién se lleva mejor en el campo?
—Me llevo bien con todos, aunque quizás algo más con el que tengo por delante en mi posición en el campo, que es Lago Junior. Es muy importante compenetrarte con él y entenderse para hacerle daño a los rivales.
—¿Le aprieta mucho el entrenador, Vicente Moreno?
—No, qué va. Él, como todos, quiere que su equipo haga las cosas bien y me está ayudando mucho a crecer, como persona y como futbolista. Estoy muy contento con el trabajo que hace con todos nosotros.
—¿Qué opina de su expulsión en el campo del Córdoba?
—No me gusta meterme en el trabajo de los árbitros, pero hay errores que no se pueden cometer. Entiendo que dirigir un partido es muy complicado, pero algunas cosas no se pueden dejar pasar. Si hay un cuarto árbitro es por algo y pienso que esta vez se equivocaron.
—¿Cree que se notará su ausencia en los próximos tres partidos? ¿Afectará de alguna manera al equipo durante los partidos?
—Será diferente, desde luego. Pero ahí está Dani Pendín —segundo entrenador—, que también tiene una buena voz de mando y tendremos que hacer lo que él diga. Igual que con (Dani) Pastor —preparador físico— y el resto del cuerpo técnico.
—¿Se puede soñar con el ascenso a Primera División?
—Claro que se puede. Sería muy bonito para todos, para los que ya lo han hecho alguna vez y para los que no, porque eso quedaría para siempre en nuestro currículum. Seguiremos soñando hasta el final porque estamos para cosas grandes.
—¿Hay alguna opción de que le veamos con la camiseta del Mallorca la temporada que viene?
—Es muy complicado porque pertenezco al Watford. Estoy muy bien aquí desde el primer día y me gustaría, pero hay que ver cómo va todo porque pueden pasar muchas cosas. A final de curso veremos qué es lo mejor.