Aridai Cabrera Suárez (Las Palmas, 1988) es actor principal de la mejor noticia que deja el mercado de invierno para el Mallorca. Rápido, vertical y cargado de explosivo frente la portería contraria, el canario ha amortiguado las bajas de Lago y Giner y en solo dos partidos le ha dado otro tono al equipo de Vicente Moreno. Un fichaje de lujo que con su regreso a Son Moix ha saldado también esa deuda que mantenía consigo mismo tras abandonar la disciplina del filial en 2012.
«Cuando recibí la llamada del Mallorca no pensé en la categoría o en lo que iba a perder, solo que me quería el Mallorca», reconoce el atacante, que hace solo semanas decidió cambiar a la Cultural, en Segunda, para volver a vestir de rojo. «No hay color», comenta. «Cuando te quiere el Mallorca da igual la categoría, porque es un club que va a aspirar a subir siempre», argumenta.
«La verdad es que me marché jodido, pasé aquí dos años y me trataron fenomenal», recuerda Aridai sobre su anterior etapa en la entidad y los dos años que pasó en el Mallorca B a las órdenes de Jaume Bauzá, Vicente Engonga o Miquel Soler. «Nunca pensé en volver porque me parecía muy complicado, así que estoy muy contento por eso», asegura mientras reconoce que ahora es un futbolista mucho más maduro. «Tenía 21 o 22 años y estaba empezando, prácticamente. Ahora vuelvo con 29 y he recorrido un mundo, he estado muchos equipos y he tocado el fútbol profesional. Tengo más experiencia y es todo muy diferente, se ve de otra manera todo».
En su regreso a Palma, Aridai reconoce que ha caído de pie. Se estrenó ante el Atlètic Balears en una función a la que no le faltó nada. «Fue el debut soñado, porque tuve la oportunidad entrar de inicio en el derbi, marcar y ganarlo. Desde el día que llegué me hicieron sentir muy cómodo y también es cierto que ya había estado en la casa y que eso lo facilitó todo», destaca.
Tras quedarse a las puertas de un ascenso el curso pasado, cuando militaba en el Valencia Mestalla, Aridai avisa de la crudeza del playoff y de la necesidad de ser primeros de grupo. Y toma el ejemplo de la última jornada. «Si quieres ser campeón tienes que ir a campos como el del Saguntino y ganar. Eso es te hace estar arriba. Si sacamos partidos así y ganamos en casa seremos campeones seguro», señala.