El Real Mallorca, en descenso, y el Rayo Vallecano, a tres puntos de la zona peligrosa, afrontan una final anticipada por mantener la categoría.
La victoria es una necesidad imperiosa para el conjunto balear, que está en el pozo de la clasificación con 25 puntos tras una primera vuelta decepcionante, que se saldó con la destitución del entrenador Fernando Vázquez el pasado mes de diciembre y la llegada al banquillo de Javier Olaizola.
Con el técnico vasco al frente de la dirección técnica el Mallorca solo ha sumado 6 de 21 puntos en juego en siete partidos, saldados con una victoria, tres empates y tres derrotas.
Javier Olaizola no podrá contar con el delantero serbio Dejan Lekic, sancionado por acumulación de amonestaciones, ni con los lesionados Juan Rodríguez, Alex Vallejo, Joan Oriol y Jon Ansotegi.
El último partido que el Mallorca ganó en su campo fue el pasado mes de enero, cuando derrotó 2-0 al Mirandés. Las estadísticas revelan que el equipo balear ha perdido más partidos (5) de los que ha ganado (4) en Son Moix, números que completa con dos empates.
Olaizola tendrá que decidir si mantiene al serbio Sasa Zdjelar en el centro del campo, y también si recupera al catalán Eduard Campabadal en el lateral derecho de la defensa. Por su parte, vuelven a la convocatoria Biel Company, Diogo Salomao, Adrián Dalmau, y son bajas por decisión técnica Óscar Díaz y Julio Pleguezuelo. El único que tiene un puesto seguro en el centro del campo es el argentino Juan Culio, según lo confirmó Olaizola
Rayo Vallecano
Por su parte, el Rayo Vallecano afronta el partido después de frenar la pasada jornada una mala racha de seis encuentros consecutivos sin ganar que convirtieron la cita con el Almería en una auténtica final.
Esos tres puntos logrados frente al conjunto andaluz permitieron al Rayo apaciguar un poco los ánimos y recuperar la confianza en su juego y en sus prestaciones para conseguir la permanencia.
Esta semana, en Mallorca, el Rayo espera volver a mostrar su mejor versión y ganar para mejorar sus números a domicilio, puesto que como visitante solo ha sumado cinco puntos, dos más que el Almería, que es el peor equipo lejos de su estadio. La única victoria fuera data del 10 de diciembre en Tarragona contra el Nástic, colista de la categoría.
Para este encuentro, Baraja ha optado por seguir confiando en los mismos jugadores que fueron convocados la pasada jornada. De esta forma, pesos pesados del vestuario como el capitán Roberto Trashorras, el delantero venezolano Miku, el central portugués Zé Castro y el lateral izquierdo rumano Razvan Rat no viajan por decisión técnica. La única novedad es la presencia del centrocampista Toni Dovale, último refuerzo del club.