Conscientes del peligro, con el equipo deambulando como un funambulista por la Segunda División y en plazas de descenso, la plantilla del Mallorca ha decidido tomar los mandos de la situación para atajar la hemorragia sufrida el pasado domingo en Palamós. Los futbolistas, aprovechando la concentración de varios días en Barcelona para preparar el partido de mañana en Huesca -aplazado en su día por la nieve- se reunieron este lunes sin Fernando Vázquez con la idea de unirse y sacar adelante los próximos compromisos.
El ridículo firmado hace 48 horas ha escocido en el seno de un vestuario que parece dispuesto a asumir los mandos. El día después del batacazo ante el Llagostera (3-0) la plantilla entonó el mea culpa y optó por encerrarse entre cuatro paredes para hablar claro... y sin la presencia de su entrenador.
Precisamente la ausencia del preparador gallego es el primer aspecto que llama la atención de la cumbre de Barcelona. Los jugadores han decidido hacer piña sin su jefe. En este tipo de reuniones de vestuario, no suele ser habitual invitar al entrenador. Los futbolistas, que se ejercitaron este lunes en la Ciutat Esportiva Dani Jarque del Espanyol, aseguran ser conscientes de la delicada situación, de una pésima racha de resultados que le ha metido de lleno en problemas -vuelve a ocupar plazas de descenso seis jornadas después- con el tramo final del curso a la vuelta de la esquina. En la zona tenebrosa comienza a abrirse un hueco entre la tierra de nadie y la lucha por evitar la caída al infierno. Y en ese último vagón está subido el Mallorca. «Nos jugamos mucho; somos conscientes del peligro real; hay que ganar en Huesca; no nos queda otra».